José Antonio García, director de AIlimpo: La UE asesta un duro golpe a los programas de promoción de productos agrarios.
El impacto de la Decisión del Consejo Europeo relativa a la revisión del marco financiero plurianual para 2025-2027 implica la redistribución de 1.100 millones de euros de la PAC y la política de cohesión para apoyar a Ucrania. El primer daño colateral se anunció el pasado día 25 de junio: el presupuesto de la UE para cofinanciar programas de promoción agroalimentaria se recorta un 50%, pasando de 185,9 millones de euros a 92 millones de euros y además dejando sin financiación los programas múltiples. Un recorte sin precedentes, y que deja por ejemplo al sector de frutas y hortalizas europeo con pocas opciones de seguir invirtiendo en promoción de consumo dentro y fuera de la UE. Un despropósito total. Ailimpo lleva años comprometida con estos programas de promoción, primero un programa simple “Welcome to the Lemon Age”, y después uno múltiple con socios franceses y polacos “Good Move”. Los nuevos planes de la Comisión Europea ponen en peligro la continuidad de estas iniciativas.
Y todo esto ocurre en un escenario de caída libre del consumo de frutas y verduras en España y en Europa, y en un sector hortofrutícola europeo sometido a una enorme presión de incremento de costes que necesita herramientas para mantener la competitividad al tiempo que emprende la transición hacia una mayor sostenibilidad.
Pero la Comisión lleva su propia hoja de ruta, se prioriza la seguridad frente a las amenazas de Rusia, lo cual sin duda es elogiable, pero el problema es que se hace a costa del sector agroalimentario y de la producción de alimentos de calidad. Nada nuevo. De hecho, qué lejos quedan ya las tractoradas y manifestaciones.
Philippe Binard, secretario general de Freshfel Europe, organización de la que Ailimpo es miembro, criticó duramente esta medida en la reunión del grupo de Diálogo Civil de Calidad y Promoción de la Comisión Europea, celebrada en Bruselas la semana pasada. Una posición crítica pero muy bien argumentada que apoyaron otras organizaciones europeas como COPA COGECA, FoodDrink Europe y otras asociaciones sectoriales (aves de corral, productos lácteos, etc.).
Los 10 argumentos expuestos que se resumen en una sola palabra, incoherencia, fueron:
1.- Queda en evidencia la incoherencia de las políticas de la UE, ya que, a lo largo del año la Comisión ha defendido firmemente la mejora de los programas múltiples, pero ahora y sin explicación alguna los elimina.
2.- El sistema de promoción es claramente interesante para el sector agroalimentario europeo, ya que las solicitudes presentadas en 2024 demuestran el gran atractivo que siguen teniendo los instrumentos de promoción cofinanciados por la UE. De hecho, el presupuesto solicitado para los programas múltiples y simples aumentó un 34%, hasta casi 291 millones de euros. Las solicitudes para los programas múltiples han aumentado un 52% respecto al año anterior y un 33% para los simples. Esto demuestra aún más el atractivo de los programas múltiples.
3.- Dificultad de acceso a la ya paupérrima política de promoción europea. Al dejar sólo la modalidad de programa “simple”, se excluirá a una serie de pequeñas organizaciones sectoriales que se incorporaron al régimen de promoción con el apoyo de un coordinador más fuerte en la convocatoria de los programas múltiples.
4.- Con un recorte presupuestario del 50% y sólo con el programa simple, se producirá una competencia mucho mayor entre los solicitantes, quedando excluidos los buenos programas a pesar de los enormes recursos, tiempo y dinero invertidos en preparar la respuesta a la convocatoria que realmente es muy compleja.
5.- El reglamento del Consejo y el Parlamento prevé dos tipos de programas específicos (múltiples y simples). Al recortar por completo el presupuesto para los programas múltiples, impide de facto que uno de los dos tipos esté en vigor con un presupuesto reducido a cero. Otra incoherencia de Bruselas.
6.- Se abre un escenario de enorme incertidumbre ya que se esperan nuevos recortes presupuestarios en Europa, por lo que estamos ante una clara señal del fin de la política de apoyo a la promoción agroalimentaria de la UE.
7.- Nos quedamos atrás, la UE está recortando su presupuesto de promoción cuando los EEUU están reforzando este presupuesto bajo su Programa Regional de Promoción de la Agricultura por valor de 300 millones de dólares al año (250 millones de euros). En paralelo, el presupuesto de la UE se queda en 92 millones de euros.
8.- Los programas múltiples han facilitado la asociación de organizaciones de distintos sectores y Estados miembro para un fin común, creando más y mejor Europa. Ese modelo de cooperación se ve truncado.
9.- Contradicciones europeas al transferir una gran cantidad del presupuesto de la UE a Ucrania, penalizando al sector agrícola de la UE, ya que se reducen las ayudas en un momento en el que los costes de producción son más elevados y el mercado sufre turbulencias. Además el sector agrícola europeo sufre un aumento de la competencia en la UE de productos ucranianos que gozan de mejores condiciones de acceso al mercado y de ayuda financiera de la UE, en detrimento de los productores comunitarios. Sin olvidar un detalle que a menudo pasa por alto: las organizaciones europeas estamos sujetas a normas muy estrictas en materia de justificación de las subvenciones de promoción, mientras que la trazabilidad y la rendición de cuentas de los recursos financieros de la UE destinados a Ucrania podrían ser bastante cuestionables, si es que realmente existen.
10.- Game over. Aunque se seguirán gestionando algunos programas de promoción en curso, estos decaerán y no serán sustituidos por otros nuevos.
La promoción para ser eficaz debe ser continuada en el tiempo, aunque los burócratas de Bruselas no lo sepan.
Fuente: valenciafruits.com