PERAS y MANZANAS: ¿Hay esperanza de recuperación?

Luego de años de retracción de las exportaciones, los primeros 4 meses de este año muestran una tendencia positiva en los envíos al exterior. Se exportó un 9% más de peras y un 40% más de
manzanas que en el 2017, alcanzándose los niveles del 2016. Por lo tanto surge cierta esperanza de que el Valle pueda encontrar su camino de recuperación.

Nadie pone en duda el decaimiento que sufrió la fruticultura del Valle. Las sucesivas crisis llevaron a una fuerte retracción de la producción, abandono de superficies y restricción de las
exportaciones. De las 1,8 millones de toneladas producidas, se pasó a apenas un millón. Aún mayor fue la caída de las exportaciones.

En el 2017 se exportaron apenas 360.000 toneladas de pomáceas, esto fue la mitad que diez años antes (750.000 tons).La pregunta que surge es si hay posibilidades de revertir la curva descendente o no. Para salir adelante como región productora competitiva, se requiere de profundos cambios y de inversiones económicas importantes. Esto tiene que realizarse tanto a nivel productivo, comercial, como institucional. Se han instaurado prácticas y relaciones entre los diferentes actores que atentan
contra el despegue del Valle. Además se requiere de un mayor apoyo real de parte del gobierno al sector frutícola.

Temporada 2018

Este año parece surgir una leve luz de esperanza, basado en las exportaciones de los primeros 4 meses del año. En vez de retraerse nuevamente, hubo una cierta recuperación. De peras se exportó un 9% más que en el 2017 y de manzana un 40%. En ambas frutas se volvió al nivel del 2016. Imposible saber si esta recuperación se debe a circunstancias externas, es decir mercados compradores más favorables, o a cambios internos, es decir que en el Valle se den cambios positivos.

Pera

pera

2018: Hasta la fecha se exportaron 185.000 toneladas, volumen un +9% que en el 2017 y similar al 2016. Si continúa esta tendencia se espera finalizar el año con unas 300.000 toneladas exportadas. La mayor recuperación se observa en los envíos a Rusia. Este país volvió a ser el primer comprador de ultramar de nuestra pera. Hasta el momento importó más de 60.000 toneladas, volumen un 30 a 40% superior al del 2017 y 2016. También Europa y USA compró este año algo más que en el 2017 (+7 y 9%), pero sin alcanzar los niveles del 2016. Los envíos a Brasil, otros países latinoamericanos, así como destinos menores registran por ahora envíos levemente inferiores al 2017 y similares al 2016.

Importancia: La pera es por lejos la número uno del comercio frutícola argentino. Hace más de 20 años se ubica como primera fruta exportada en fresco. Aporta alrededor del 40% de los volúmenes e ingresos de divisas de la exportación de frutas. En algunos años casi fue el 50%. Fue la llamada “fruta estrella” de la fruticultura argentina. A nivel regional su importancia es aún mayor. En forma directa o indirecta vive gran parte del Valle del Rio Negro de ella. En todos los otros países las peras tienen un rol secundario. No así en el Valle, donde casi la mitad de la superficie y de la producción es de pera. Una buena o mala temporada incide directamente en la economía norpatagónica. En su época de auge generó 50.000 empleos directos.

La razón del éxito de las peras fue su buena competitividad a nivel mundial. Mientas que las manzanas no podían resistir al avance de otros países como Chile, Brasil o Nueva Zelanda; si lo pudo la pera. Su elevada producción, excelente calidad y precocidad le daban un espacio especial.

Dentro de las peras fue la Williams que se llevó todos los laureles. Su gran éxito es la calidad que se obtiene en la Patagonia, la cual difícilmente puede ser alcanzada en otras regiones del mundo. Convencidos que disponíamos de la “mejor pera del mundo” y que “los mercados se iban a pelear por ella”, la fomentamos. Cada segundo árbol plantado era de Williams. Parecía que se quisiera transformar el Valle en un mar de Williams. Pero con la expansión de la producción también surgieron crecientes problemas. A los problemas logísticos de cosecha y comercialización, se sumaron inconvenientes en los mercados. Al ser muy delicada, difícil de manejar y madurar rápidamente, los mercados dejaron de demandarla. Especialmente en los últimos 3-4 años la demanda externa cayó abruptamente. Ya no es una pera Premium que se busca; es una más del conjunto. Actualmente cuesta ubicar los grandes volúmenes que se están produciendo (aprox. 250.000 toneladas). Todos los años se reducen los embarques de Williams. Hasta el momento solo se embarcaron 90.000 toneladas. ¿Que se hará con el volumen restante? Se trata de ubicarla en el mercado interno. Actualmente está surgiendo la curiosidad que la pera es la fruta más económica en las fruterías argentinas.

Manzana

manzana

2018: Hasta la fecha se exportaron 34.000 toneladas. Esto es un 40% más que en el mismo período del 2017 y volumen similar al 2016. Los mayores aumentos de se dieron en los envíos a Europa y Rusia. La Unión Europea recibió hasta ahora un 40-60% más que en los dos últimos años; Rusia más que duplicó sus compras. Este fuerte interés se debe a que la última cosecha local europea y rusa fue muy mala, quedándose ambas regiones prácticamente sin manzanas para el final de su campaña. Para abastecer sus mercados están importando mayores volúmenes australes de lo habitual. Argentina, junto con Chile, Nueva Zelanda, Brasil y Sudáfrica, se beneficia de esta merma.

También Brasil está importando algo más que en el 2017, aunque sin llegar al nivel del 2016, año en el cual una merma en la producción propia, incrementó las posibilidades para la manzana importada. Únicamente a los EEUU no se muestra muy predispuesta a importar manzanas, ante la gran producción local. También los envíos a nuestros países vecinos (Bolivia, Paraguay) no muestra la dinámica de otros años.

Importancia: Fue la fruta con la cual Argentina se inició en el comercio mundial de frutas. A mediados del siglo pasado fue el gran boom. Argentina fue el primer país del hemisferio sur que exportó fruta a los mercados del norte y lo hizo con la manzana. El negocio se desarrolló rápidamente y las exportaciones crecieron año tras año. Se llegó a una producción de 1,2 millones de toneladas hacia fines del siglo pasad, de las cuales más de 200-300.000 toneladas se exportaban; 500.000 se industrializaban y el resto se consumía localmente.

Pero fue la fruta que más sufrió bajo los vaivenes de la economía argentina y de manejos inadecuados en la región productora. Hoy los datos están muy lejos de estos valores record. La producción se ubica en las 500-600.000 toneladas, de las cuales en el 2017 solo se exportaron 76.000 toneladas, se industrializaron 200.000 y se consumieron en el mercado interno 250.000. Las exportaciones fueron uno de los destinos que más cayó. En solo 6 años se pasó de las 230.000 toneladas (2011) a las 76.000 toneladas.

Se redujeron drásticamente los envíos a ultramar. Tanto en la Unión Europea, como EEUU pasamos a ser un proveedor secundario, con envíos mínimos y sin incidencia sobre el mercado. En Europa del Este los cambios en la política comercial y económica de Rusia, llevó a una reducción de todas las importaciones. Los esperados beneficios para los países australes del embargo a la Unión Europea, no se cumplieron. Las importaciones rusas de manzanas del hemisferio sur se mantuvieron muy reducidas. Por otro lado se perdió totalmente el mercado del norte de África, que en algunos años había comprado mayores volúmenes a Argentina. Pero nuestro país no pudo competir frente a las oferta de los europeos, que buscaban una alternativa ante su sobreproducción de manzanas. Por otro lado Argentina no pudo avanzar en Latinoamérica. Nuestro históricamente principal mercado, el brasilero, al cual se destinaron en algunos años más de 100.000 toneladas, prácticamente se perdió ante el avance de la producción local y la competencia por parte de Chile. Argentina tampoco tuvo mucho éxito en otros países latinoamericanos ante la fuerte presencia chilena y vaivenes en la economía propia de cada país.

Fuente: Ing. Agr. Betina Ernst – Top Info Marketing SA

2018-05-11T17:10:47-03:00

PERAS y MANZANAS: ¿Hay esperanza de recuperación?

Luego de años de retracción de las exportaciones, los primeros 4 meses de este año muestran una tendencia positiva en los envíos al exterior. Se exportó un 9% más de peras y un 40% más de
manzanas que en el 2017, alcanzándose los niveles del 2016. Por lo tanto surge cierta esperanza de que el Valle pueda encontrar su camino de recuperación.

Nadie pone en duda el decaimiento que sufrió la fruticultura del Valle. Las sucesivas crisis llevaron a una fuerte retracción de la producción, abandono de superficies y restricción de las
exportaciones. De las 1,8 millones de toneladas producidas, se pasó a apenas un millón. Aún mayor fue la caída de las exportaciones.

En el 2017 se exportaron apenas 360.000 toneladas de pomáceas, esto fue la mitad que diez años antes (750.000 tons).La pregunta que surge es si hay posibilidades de revertir la curva descendente o no. Para salir adelante como región productora competitiva, se requiere de profundos cambios y de inversiones económicas importantes. Esto tiene que realizarse tanto a nivel productivo, comercial, como institucional. Se han instaurado prácticas y relaciones entre los diferentes actores que atentan
contra el despegue del Valle. Además se requiere de un mayor apoyo real de parte del gobierno al sector frutícola.

Temporada 2018

Este año parece surgir una leve luz de esperanza, basado en las exportaciones de los primeros 4 meses del año. En vez de retraerse nuevamente, hubo una cierta recuperación. De peras se exportó un 9% más que en el 2017 y de manzana un 40%. En ambas frutas se volvió al nivel del 2016. Imposible saber si esta recuperación se debe a circunstancias externas, es decir mercados compradores más favorables, o a cambios internos, es decir que en el Valle se den cambios positivos.

Pera

pera

2018: Hasta la fecha se exportaron 185.000 toneladas, volumen un +9% que en el 2017 y similar al 2016. Si continúa esta tendencia se espera finalizar el año con unas 300.000 toneladas exportadas. La mayor recuperación se observa en los envíos a Rusia. Este país volvió a ser el primer comprador de ultramar de nuestra pera. Hasta el momento importó más de 60.000 toneladas, volumen un 30 a 40% superior al del 2017 y 2016. También Europa y USA compró este año algo más que en el 2017 (+7 y 9%), pero sin alcanzar los niveles del 2016. Los envíos a Brasil, otros países latinoamericanos, así como destinos menores registran por ahora envíos levemente inferiores al 2017 y similares al 2016.

Importancia: La pera es por lejos la número uno del comercio frutícola argentino. Hace más de 20 años se ubica como primera fruta exportada en fresco. Aporta alrededor del 40% de los volúmenes e ingresos de divisas de la exportación de frutas. En algunos años casi fue el 50%. Fue la llamada “fruta estrella” de la fruticultura argentina. A nivel regional su importancia es aún mayor. En forma directa o indirecta vive gran parte del Valle del Rio Negro de ella. En todos los otros países las peras tienen un rol secundario. No así en el Valle, donde casi la mitad de la superficie y de la producción es de pera. Una buena o mala temporada incide directamente en la economía norpatagónica. En su época de auge generó 50.000 empleos directos.

La razón del éxito de las peras fue su buena competitividad a nivel mundial. Mientas que las manzanas no podían resistir al avance de otros países como Chile, Brasil o Nueva Zelanda; si lo pudo la pera. Su elevada producción, excelente calidad y precocidad le daban un espacio especial.

Dentro de las peras fue la Williams que se llevó todos los laureles. Su gran éxito es la calidad que se obtiene en la Patagonia, la cual difícilmente puede ser alcanzada en otras regiones del mundo. Convencidos que disponíamos de la “mejor pera del mundo” y que “los mercados se iban a pelear por ella”, la fomentamos. Cada segundo árbol plantado era de Williams. Parecía que se quisiera transformar el Valle en un mar de Williams. Pero con la expansión de la producción también surgieron crecientes problemas. A los problemas logísticos de cosecha y comercialización, se sumaron inconvenientes en los mercados. Al ser muy delicada, difícil de manejar y madurar rápidamente, los mercados dejaron de demandarla. Especialmente en los últimos 3-4 años la demanda externa cayó abruptamente. Ya no es una pera Premium que se busca; es una más del conjunto. Actualmente cuesta ubicar los grandes volúmenes que se están produciendo (aprox. 250.000 toneladas). Todos los años se reducen los embarques de Williams. Hasta el momento solo se embarcaron 90.000 toneladas. ¿Que se hará con el volumen restante? Se trata de ubicarla en el mercado interno. Actualmente está surgiendo la curiosidad que la pera es la fruta más económica en las fruterías argentinas.

Manzana

manzana

2018: Hasta la fecha se exportaron 34.000 toneladas. Esto es un 40% más que en el mismo período del 2017 y volumen similar al 2016. Los mayores aumentos de se dieron en los envíos a Europa y Rusia. La Unión Europea recibió hasta ahora un 40-60% más que en los dos últimos años; Rusia más que duplicó sus compras. Este fuerte interés se debe a que la última cosecha local europea y rusa fue muy mala, quedándose ambas regiones prácticamente sin manzanas para el final de su campaña. Para abastecer sus mercados están importando mayores volúmenes australes de lo habitual. Argentina, junto con Chile, Nueva Zelanda, Brasil y Sudáfrica, se beneficia de esta merma.

También Brasil está importando algo más que en el 2017, aunque sin llegar al nivel del 2016, año en el cual una merma en la producción propia, incrementó las posibilidades para la manzana importada. Únicamente a los EEUU no se muestra muy predispuesta a importar manzanas, ante la gran producción local. También los envíos a nuestros países vecinos (Bolivia, Paraguay) no muestra la dinámica de otros años.

Importancia: Fue la fruta con la cual Argentina se inició en el comercio mundial de frutas. A mediados del siglo pasado fue el gran boom. Argentina fue el primer país del hemisferio sur que exportó fruta a los mercados del norte y lo hizo con la manzana. El negocio se desarrolló rápidamente y las exportaciones crecieron año tras año. Se llegó a una producción de 1,2 millones de toneladas hacia fines del siglo pasad, de las cuales más de 200-300.000 toneladas se exportaban; 500.000 se industrializaban y el resto se consumía localmente.

Pero fue la fruta que más sufrió bajo los vaivenes de la economía argentina y de manejos inadecuados en la región productora. Hoy los datos están muy lejos de estos valores record. La producción se ubica en las 500-600.000 toneladas, de las cuales en el 2017 solo se exportaron 76.000 toneladas, se industrializaron 200.000 y se consumieron en el mercado interno 250.000. Las exportaciones fueron uno de los destinos que más cayó. En solo 6 años se pasó de las 230.000 toneladas (2011) a las 76.000 toneladas.

Se redujeron drásticamente los envíos a ultramar. Tanto en la Unión Europea, como EEUU pasamos a ser un proveedor secundario, con envíos mínimos y sin incidencia sobre el mercado. En Europa del Este los cambios en la política comercial y económica de Rusia, llevó a una reducción de todas las importaciones. Los esperados beneficios para los países australes del embargo a la Unión Europea, no se cumplieron. Las importaciones rusas de manzanas del hemisferio sur se mantuvieron muy reducidas. Por otro lado se perdió totalmente el mercado del norte de África, que en algunos años había comprado mayores volúmenes a Argentina. Pero nuestro país no pudo competir frente a las oferta de los europeos, que buscaban una alternativa ante su sobreproducción de manzanas. Por otro lado Argentina no pudo avanzar en Latinoamérica. Nuestro históricamente principal mercado, el brasilero, al cual se destinaron en algunos años más de 100.000 toneladas, prácticamente se perdió ante el avance de la producción local y la competencia por parte de Chile. Argentina tampoco tuvo mucho éxito en otros países latinoamericanos ante la fuerte presencia chilena y vaivenes en la economía propia de cada país.

Fuente: Ing. Agr. Betina Ernst – Top Info Marketing SA

2018-05-11T17:10:45-03:00
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