La naranja de Egipto ¿complementaria de la española?

Recientemente Anecoop organizó una visita a la nueva hortofruticultura egipcia la cual ofrece el interés de constituir una notable producción emergente que al mismo tiempo y por su propia conveniencia trata de complementar la oferta dominante de España.En cualquier caso la naranja es la base casi absoluta de la exportación de Egipto habiendo desplazado ya a Marruecos al igual que con mayor diversificación de especies citrícolas y volumen consiguió Turquía desde hace ya una serie de campañas. En el ejercicio anterior a pesar de que el gobierno egipcio eliminó la subvención de 50$ por tonelada que suministraba a los exportadores dicho país incrementó en cerca del 50% sus envíos al exterior superando las 600.000 toneladas de naranja. Un poco más de la mitad de dicho volumen en el que predominaba la naranja navel sobre la valencia fue importada por los países árabes destacando especialmente Arabia Saudita que salvo error participa en las grandes transformaciones del Delta del río Nilo.
Es sabido que en la campaña pasada nuestros principales exportadores importaron a su vez alrededor de 13.000 toneladas de naranja de la variedad Valencia late de Egipto si bien la información del USDA apunta unas 4.250 toneladas más que dichos operadores debieron canalizar directamente hacia sus distribuidores. Estos conviene recordarlo se habían negado a admitir nuestros cítricos tras el descrédito provocado por las numerosas y predominantes partidas de fruta afectada por la helada de enero-febrero. Esta campaña con datos del Soivre la importación de naranja de Egipto se ha limitado hasta el momento a 617 toneladas.
El hecho es que Egipto ha diseñado un crecimiento basado en grandes explotaciones de frutas y hortalizas en el norte de su país de alrededor de hasta 30.000 o más hanegadas sobre el desierto y en tierras despobladas relativamente cercanas a los puertos huyendo como se ha insinuado de la clementina porque en su opinión no pueden competir ni con España ni tampoco con Marruecos. Es fácil interpretar que su planteamiento responde al criterio de obtener la mayor rentabilidad posible a la inversión dentro de un clima virtualmente exento de heladas y unos mercados todavía emergentes conformados por los eternos consumidores potenciales del Este de Europa y parte del Medio Oriente. Cierto que Egipto cultiva por los agricultores tradicionales una mandarina la Baladi que no es un híbrido y que salvo pequeñas partidas se consume en su propio mercado.
Las grandes empresas de la citricultura egipcia al igual que nuestros más importantes operadores en las nuevas plantaciones de Huelva se han apoyado de manera especial en la tecnología israelí y careciendo de un instituto próximo al nivel de nuestro IVIA en técnicos de Israel lo cual constituye un factor de paz por el reencuentro de dos pueblos semitas aún cuando irrite a los fanáticos del terrorismo.
Pero lo anterior explica la coexistencia de dos citriculturas polarizadas salvo pequeñas desviaciones en el mercado interior y en la exportación. No obstante pese a su crecimiento que naturalmente tiene sus limitaciones aún contando con la gran presa de Assuán el problema agrandado por la lejanía a los mercados es su más corto período de servicio a los mercados y sus distribuidores locales.
No extraña que dado el salto cuantitativo de Egipto nuestros operadores por su propia iniciativa o por su relevancia en los mercados exteriores sean invitados a colaborar en la comercialización de las naranjas egipcias. En tiempo pasado Sunkist propuso a Anecoop una colaboración que no cuajó por la prepotencia de la gran cooperativa californiana. Ahora salvo errónea interpretación a Anecoop se le propone colaboraciones temporales en momentos en los que es racional la coordinación a través de sus organizaciones asociadas de la Europa oriental.
Lo anterior constituye cuestión delicada dada la sensibilidad de nuestros productores que sufren en sus carnes una crisis casi definitiva aunque nadie ignore que nuestros operadores no dejan de importar frutos cítricos de otras procedencias especialmente del Hemisferio Sur.
No obstante el comentarista por exclusivas razones fitosanitarias cree prudente que no se importen cítricos por puertos de las zonas productoras por más que este criterio pueda discutirse e incluso aceptarse si se trata de partidas destinadas a nuestro mercado interior.
Hablando de esta cuestión insistiendo en planteamientos expuestos en esta columna un representante de Anecoop que participó en el viaje citado me cede la revista de una compañía de aviación española que alerta a los usuarios de la responsabilidad de trasportar animales que pueden transmitir enfermedades. Sin embargo nada se expone sobre la misma cuestión relativa a los vegetales y sus frutos. Tercermundismo puro practicado por el Ministerio de Agricultura de nuestro país. (LFM Las Provincias)

2006-05-09T00:00:00-03:00

La naranja de Egipto ¿complementaria de la española?

Recientemente Anecoop organizó una visita a la nueva hortofruticultura egipcia la cual ofrece el interés de constituir una notable producción emergente que al mismo tiempo y por su propia conveniencia trata de complementar la oferta dominante de España.En cualquier caso la naranja es la base casi absoluta de la exportación de Egipto habiendo desplazado ya a Marruecos al igual que con mayor diversificación de especies citrícolas y volumen consiguió Turquía desde hace ya una serie de campañas. En el ejercicio anterior a pesar de que el gobierno egipcio eliminó la subvención de 50$ por tonelada que suministraba a los exportadores dicho país incrementó en cerca del 50% sus envíos al exterior superando las 600.000 toneladas de naranja. Un poco más de la mitad de dicho volumen en el que predominaba la naranja navel sobre la valencia fue importada por los países árabes destacando especialmente Arabia Saudita que salvo error participa en las grandes transformaciones del Delta del río Nilo.
Es sabido que en la campaña pasada nuestros principales exportadores importaron a su vez alrededor de 13.000 toneladas de naranja de la variedad Valencia late de Egipto si bien la información del USDA apunta unas 4.250 toneladas más que dichos operadores debieron canalizar directamente hacia sus distribuidores. Estos conviene recordarlo se habían negado a admitir nuestros cítricos tras el descrédito provocado por las numerosas y predominantes partidas de fruta afectada por la helada de enero-febrero. Esta campaña con datos del Soivre la importación de naranja de Egipto se ha limitado hasta el momento a 617 toneladas.
El hecho es que Egipto ha diseñado un crecimiento basado en grandes explotaciones de frutas y hortalizas en el norte de su país de alrededor de hasta 30.000 o más hanegadas sobre el desierto y en tierras despobladas relativamente cercanas a los puertos huyendo como se ha insinuado de la clementina porque en su opinión no pueden competir ni con España ni tampoco con Marruecos. Es fácil interpretar que su planteamiento responde al criterio de obtener la mayor rentabilidad posible a la inversión dentro de un clima virtualmente exento de heladas y unos mercados todavía emergentes conformados por los eternos consumidores potenciales del Este de Europa y parte del Medio Oriente. Cierto que Egipto cultiva por los agricultores tradicionales una mandarina la Baladi que no es un híbrido y que salvo pequeñas partidas se consume en su propio mercado.
Las grandes empresas de la citricultura egipcia al igual que nuestros más importantes operadores en las nuevas plantaciones de Huelva se han apoyado de manera especial en la tecnología israelí y careciendo de un instituto próximo al nivel de nuestro IVIA en técnicos de Israel lo cual constituye un factor de paz por el reencuentro de dos pueblos semitas aún cuando irrite a los fanáticos del terrorismo.
Pero lo anterior explica la coexistencia de dos citriculturas polarizadas salvo pequeñas desviaciones en el mercado interior y en la exportación. No obstante pese a su crecimiento que naturalmente tiene sus limitaciones aún contando con la gran presa de Assuán el problema agrandado por la lejanía a los mercados es su más corto período de servicio a los mercados y sus distribuidores locales.
No extraña que dado el salto cuantitativo de Egipto nuestros operadores por su propia iniciativa o por su relevancia en los mercados exteriores sean invitados a colaborar en la comercialización de las naranjas egipcias. En tiempo pasado Sunkist propuso a Anecoop una colaboración que no cuajó por la prepotencia de la gran cooperativa californiana. Ahora salvo errónea interpretación a Anecoop se le propone colaboraciones temporales en momentos en los que es racional la coordinación a través de sus organizaciones asociadas de la Europa oriental.
Lo anterior constituye cuestión delicada dada la sensibilidad de nuestros productores que sufren en sus carnes una crisis casi definitiva aunque nadie ignore que nuestros operadores no dejan de importar frutos cítricos de otras procedencias especialmente del Hemisferio Sur.
No obstante el comentarista por exclusivas razones fitosanitarias cree prudente que no se importen cítricos por puertos de las zonas productoras por más que este criterio pueda discutirse e incluso aceptarse si se trata de partidas destinadas a nuestro mercado interior.
Hablando de esta cuestión insistiendo en planteamientos expuestos en esta columna un representante de Anecoop que participó en el viaje citado me cede la revista de una compañía de aviación española que alerta a los usuarios de la responsabilidad de trasportar animales que pueden transmitir enfermedades. Sin embargo nada se expone sobre la misma cuestión relativa a los vegetales y sus frutos. Tercermundismo puro practicado por el Ministerio de Agricultura de nuestro país. (LFM Las Provincias)

2017-10-09T15:33:20-03:00
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