Wilda Ramírez coordinadora nacional de Citrus en el Programa de Exportación a la Unión Europea rescató el compromiso de mejorar que asumieron los empresarios. La ingeniera advierte que desde los campos y hasta los puertos debe respetarse una cadena de trazabilidad.El Programa de Certificación de Frutos Cítricos con destino a la Unión Europea y otros Mercados de similares restricciones cuarentenarias fija pautas concretas en materia de sanidad desde que la fruta es cortada de las plantas hasta que llega a los puertos de destino- que deben ser monitoreadas por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
Por ello y ante la iniciación de la campaña exportadora 2007 de fruta fresca (limón) hacia Europa la Asociación Fitosanitaria del Noroeste Argentino (Afinoa) y la Asociación Tucumana del Citrus (ATC) organizaron ayer en nuestra provincia una jornada de charlas orientadas a la capacitación del personal de los galpones afectados a trabajos vinculados con el Programa.
Para conocer cómo se prepara desde la Nación la campaña de este año el Suplemento Rural de LA GACETA entrevistó telefónicamente a la coordinadora nacional de Cítricos del Senasa ingeniera Wilda Ramírez para conocer los objetivos que se persiguen con su puesta en marcha y los procedimientos que deberán seguirse para garantizar la sanidad de la fruta seleccionada.
– ¿Cuáles son los objetivos que persiguen con la realización de estos seminarios?
– Se trata de un programa que lo venimos implementando desde hace muchos años. La misión del Senasa es la de evaluar el resultado de las campañas anteriores e identificar los puntos críticos que existan en los empaques en los puertos y en los campos.
La idea es minimizar todos estos factores de tal manera de lograr que los problemas sean solucionados por los particulares.
– ¿Se respeta la cadena de trazabilidad de la fruta?
– Desde la planta hasta los puertos la fruta fresca deben respetar una cadena de trazabilidad. Por ellos las falencias pueden evitarse trabajando con fuerza en los empaques. Por ello es que analizamos con los empacadores todos los problemas que se generan y que pueden evitarse. De esta manera asesoramos al personal de los empaques con nuestros expertos en control de puertos de tal manera que el productor y/o exportadores conozca las condiciones a las que deberá enfrentarse” explicó.
– ¿Que actitud asume el sector privado citrícola?
– Están trabajando con un programa integral de capacitación mancomunados con el Estado.
Es por esto que el Senasa cumple las funciones de organismos fiscalizador de todos los eslabones que forman la cadena del limón fresco para exportación donde cada eslabón cumple una función específica.
– ¿Se identifican los problemas y se los van solucionando?
– Esa es la forma de trabajo que elegimos desarrollar: identificar los puntos críticos y trabajar para corregirlos. El personal y los empresarios titulares de los empaques reconocen que existen falencias tanto por desconocimiento o porque se eligieron prácticas agrícolas y técnicas inadecuadas.
Por eso insisto es importante que cada eslabón cumpla con el rol que le fue asignado porque es necesario trabajar en equipo.
– ¿Las exigencias fitosanitarias europeas son caprichosas o es que quieren poner trabas al ingreso de limón fresco al mercado de ese continente?
– La Argentina y la fruta fresca que comercializa tienen un alto grado de competitividad a nivel mundial. Por eso pudimos superar sin inconvenientes todas las exigencias que nos imponen.
No son exigencias caprichosas por lo que los productos citrícolas argentinos pueden llegar sin inconvenientes a la UE.
La trazabilidad es un principio que debe ser respetado por todos los productos argentinos.
El sector citrícola marcó el rumbo en este sentido con muchos años de esfuerzo y de trabajo.
Hay que seguir trabajando entre todos para mantener los logros y los mercados conquistados.
fuente: La Gaceta Rural