En Tucumán y otras regiones del norte hay pequeños productores que la están produciendo mientras dejan el limón; el caso de José Debuchy en Jujuy.

La palta en la Argentina está “de moda”; es rica en potasio, pero también posee otros minerales como el magnesio, el fósforo, el calcio, hierro, sodio, iodo y zinc. Aunque comenzó a consumirse más en la pandemia del Covid-19, son unos 400 gramos por habitante por año, lejos de países como México, Estados Unidos o Chile. Se cultivan unas 1400 hectáreas -unas 10.300 toneladas anuales-; Tucumán es el área principal. La Argentina es importadora en temporada baja, principalmente desde Chile.

El noroeste es la principal zona productora, con Tucumán, Jujuy y Salta. La expectativa de los expertos consultados por LA NACION es que en pocos años subirá el volumen porque los productores más chicos que venían dedicándose a los cítricos, como el limón y otros, están reemplazándolos porque ese mercado está más flojo ya que dejó de traccionar China. Un árbol de palta tarda en dar frutos unos tres años y unos seis en dar una cantidad importante.

Juan Casañas, director del Instituto de Desarrollo Productivo de Tucumán, precisó a este diario que la última exportación de paltas de la provincia fue en 2018, cuando vendió afuera unas 380 toneladas. Ratifica que se cortó porque el precio local es “igual o superior al internacional” y advierte que en el trabajo que están realizando para expandir cultivos alternativos como café, cacao y nuez pecan también está la palta.

El asesor técnico en el cultivo Matías Gani Lobo subraya que la exportación “se cortó por estrategia comercial y porque el precio interno conviene más”, ya que el cultivo pospandemia se convirtió en una suerte de “vedette” en las dietas. “Los nutricionistas la recomiendan más y eso coincide con la existencia de nuevos y más proyectos porque hay caída de algunos de limón -señala-. Una hectárea, en buen año, da entre 12 y 14 toneladas; se produce sobre injerto y la variedad con más presencia es la Hass que tiene la mejor relación pulpa-semilla; un alto contenido de aceites; buena pulpa al paladar y mayor firmeza para el transporte”.

La distribución de hectáreas de cultivos alcanza a unas 750 en Tucumán; 200 en Jujuy y Salta y el resto en Misiones y Corrientes. El árbol se caracteriza por producir mucho un año y, al siguiente, entre 40% y 50% menos. México es el mayor exportador del mundo, con la mitad de su producción, mientras que crecieron “fuerte” Colombia y Perú, en cambio Chile está en declive.

Estados Unidos se convirtió, el año pasado, en el principal importador del mundo con unos US$3386 millones. Gani Lobo aporta que la Super Bowl es la impulsora del consumo: el día en que se juega la final se requieren unas 130.000 toneladas.

José Debuchy produce paltas en las Yungas, en Jujuy, a 40 kilómetros de Ledesma. Cuenta con siete hectáreas plantadas y dos produciendo: “Por ahora es todo para el mercado interno por los volúmenes que gestiono, pero es un producto ideal para incrementar el comercio porque podemos complementar lo que vende Perú, Brasil y Chile”. Indica que la variedad Hass es ideal para transportarla porque es “más duradera; más resistente a los golpes por su piel dura, puede tolerar mejor todo el proceso entre la cosecha y la llegada al destino final”. El costo logístico es importante a la hora de exportar porque se trata de envíos refrigerados en barco. Sostiene que hay “potencial” para producir más.

En Perú el crecimiento del cultivo es significativo. Según el último informe dispuesto por Sierra y Selva Exportadora, en lo que va de este año quedó como segundo exportador mundial detrás de México, con más de 13 mercados de destino y 36.000 toneladas embarcadas. La cifra representa un alza del 79,2% en el volumen exportado.

 

Limón en baja

Según cálculos de la Estación Experimental Obispo Colombres de Tucumán, se pierden de 7 a 25 dólares por tonelada cuando se trata de limones para exportación y de 5 a 15,50 dólares por tonelada en el producto que tiene como destino la industria. La crisis se viene arrastrando desde hace varios años y es consecuencia de una importante sobreoferta, que enfrenta una demanda sumamente inelástica.

En los últimos cinco años hubo una disminución en los volúmenes de exportación de limón, principalmente en las cantidades enviadas a Europa, primer destino del producto argentino, en el que viene perdiendo competitividad frente a Sudáfrica; solo hubo un incremento de los embarques a Estados Unidos.

 

Fuente: lanacion.com.ar