Muchas cuestiones va a tener que resolver el Ministerio de Agricultura en los próximos meses respecto a la OCM de Frutas y Hortalizas antes de su aplicación en enero de 2008 sobre todo en cómo se va a solventar la grave discriminación de los citricultores españoles en las ayudas del Pago Único. El mismo ministerio que durante la anterior OCM se dedicó a verlas pasar mientras el resto de países como Italia o Grecia cubrían su umbral de transformación y se aprovechaban del español deberá ahora responder ante el mísero sobre financiero que se le ha asignado a España.
El Gobierno que vendió como un éxito lo que supone un gran fracaso para los intereses hortofruticultores españoles tendrá que acarrear ahora con las consecuencias y compensar con fondos propios lo que no ha sido capaz de conseguir con una política agraria estratégica y eficaz al contrario del resto de países productores europeos. Los resultados no engañan a nadie y la ministra debe entender que los productores de la principal potencia citrícola europea España deben recibir tanto o mejor trato que los de otros países en los que apenas se invierte por el mercado en fresco. De hecho el sector agrario italiano ya ha vuelto a tomar la delantera y ha consensuado de forma casi unánime la aplicación inmediata y directa del pago único para sus citricultores.
Lo que está claro es que el sector citrícola español no puede quedarse con un tercio de las ayudas que cobrará un productor italiano y encima enzarzarse en periodos transitorios que complican más la rentabilidad de las producciones. Por ello el ministerio deberá empezar a pensar de dónde va a sacar la partida presupuestaria que compense la discriminación a los citricultores españoles y aplicar el Pago Único directamente al agricultor tal y como lo van a percibir los italianos.
No es que esta OCM vaya a salvar los muebles de los productores hortofrutícolas ni mucho menos de los citricultores pero no estaría de más que el Gobierno tuviera en cuenta los intereses de los productores como no ha hecho durante todo el proceso de negociación y garantizara que los agricultores españoles no seamos el hermano pobre de Europa y sus responsables políticos el hazmerreír del resto de gobiernos.
autor: Cristobal Aguado