A raíz de la situación complicada que atraviesa la limonicultura en el Noroeste argentino, los productores agrícolas piensan en una alternativa para las próximas plantaciones.

Los productores de cíticos tucumanos tienen especial interés en producir naranjas en la provincia, ante la escasez mundial de jugos, y por el tentador precio de la fruta en fresco. El cambio climático y los factores que lo causan afectan diréctamente las cosechas de todos los años.

En dónde se plantaba naranjas el suelo ya no lo permite y dónde crecían frutillas el frío invierno lo dificultó. El calentamiento global tiene un efecto directo en agricultura. Estos cambios pueden ser, dentro de todo lo malo que pueden causar, beneficiosos para la economía de Tucumán que mira con buenos ojos comenzar a industrializar la producción de naranjas.

A partir del reconocimiento a través de estudios de que hay miles de hectáreas de plantaciones de limón abandonadas, se piensa en convertir esas tierras para el cultivo de un nuevo cítrico. «Muchas de esas hectáreas pasarán a naranjas», dice Dardo Figueroa, especialista de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC).

Fuente: losprimeros.tv