Un problema recurrente y que ocurre en todas las áreas productivas de la Argentina afecta especialmente este año al sector citrícola de Tucumán. Los grandes empresarios de la actividad coinciden en que actualmente falta mano de obra en blanco dispuesta a ser empleada formalmente en la cosecha del limón.
Según los citricultores que exportan fruta de la mayor calidad al Primer Mundo no se pueden completar los planteles habituales de años anteriores. La problemática será debatida hoy entre los líderes de la actividad y el ministro de Desarrollo Productivo Jorge Gassenbauer.
Las dificultades se originan en el hecho de que los cosecheros que poseen algún plan de ayuda social del Estado no quieren trabajar en relación de dependencia para no perder el beneficio. Sin embargo los citricultores alertan que la cosecha de Tucumán se está realizando con volúmenes normales lo cual pone en evidencia que un importante porcentaje del proceso se está realizando en negro.
Los empresarios admiten que se están llevando adelante inspecciones del Ministerio de Trabajo de la Nación y de la AFIP medidas que deberían complementarse con las tareas de control a cargo de la Secretaría de Trabajo de la Provincia.
Según los citricultores en los últimos años los aumentos salariales otorgados superaron con creces el aumento de los otros costos de producción. Consecuentemente la mano de obra de la cosecha pasó a transformarse en un ítem principal de los costos de la actividad.
Los aportes patronales laborales de ley ascienden a entre el 60% y 65% de lo que reciben los cosecheros de manera que la conveniencia de evadirlos es importante según los privados. Las compañías debidamente instaladas y que exportan son perjudicadas por otras de menor envergadura que logran trabajar al margen de la ley. Así empresas pequeñas y medianas se constituyen en competidores desleales de la actividad formal que generan y sostienen las firmas responsables a las que les resulta cada vez más difícil competir en el mercado con esta desventaja estructural que se asienta en la desigualdad laboral. Los citricultores consideran que si no cambia este escenario el problema irá resintiendo el resultado económico de las empresas a fin de cada campaña. Remarcan que el Estado no percibirá lo que debería en impuestos mientras que los cosecheros tampoco sus beneficios de ley.
Gassenbauer reconoció la importancia del planteo de los citricultores y comentó que hace pocos días mantuvo una reunión con 150 ejecutivos que se ocupan de manejar personal en la provincia y con referentes de la delegación Tucumán del Ministerio de Trabajo y de la AFIP. «Se han planteado situaciones que de hecho se producen como las que manifiestan los citricultores y la idea es compatibilizar esta situación entre los privados y los organismos públicos. Hay desconocimiento de las alternativas de manera que a los citricultores les brindaremos un vademécum de acciones que deben cumplir junto al Estado para estos problemas no se presenten» adelantó el ministro.
Fuente: La Gaceta