España: Por más productividad

Investigadores valencianos del IVIA y de la Politecnica trabajan mancomunadamente buscando alternativas para aumentar la productividad citrícola.

La producción citrícola ha caído en la actual campaña de forma importante. Las previsiones oficiales hablaban al principio de un descenso del 18% pero conforme se avanza en la recolección se hace palpable que las mermas rondan el 30-35%. Pero ¿cuál es la causa de tan notable disminución? Aparte del abandono de campos cuyos dueños han de jado de cultivarlos por no ser rentable el problema se debe al carácter vecero (una vez sí otra vez no) que muestran a veces los cítricos cargando mucha cosecha un año y bajando ostensiblemente al siguiente.
La gran pregunta que se hacen los citricultores es si se puede hacer algo para resolver este problema de alternancia que afecta a determinadas plantaciones este año de manera tan extensa. Lo idóneo sería mantener una productividad estandarizada que se acerque al tope posible todos los años. Sólo así con altas cosechas por unidad de superficie se puede sortear el hándicap frecuente de los bajos precios. Al menos que haya kilos.

Falta de floración

Dos investigadores valencianos están trabajando para ofrecer soluciones en este terreno. Son Eduardo Primo Millo del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias y Manuel Agustí Fonfría catedrático de Agrónomos en la Universidad Politécnica y director del Instituto Agroforestal Mediterráneo.
Eduardo Primo afirma que la cuestión de las alternacias de producción es uno de los principales problemas de la citricultura moderna. Al principio de extenderse el riego por goteo se creía que este era la panacea porque la verdad es que el cambio se manifiesta en los primeros años en crecimientos importantes de cosechas. Pero a la larga no se garantiza la desaparición de alternancias y vecerías y tiempo después pueden volver a presentarse.
La principal constante que se da en las fincas de cítricos con esta mcomplicación es la falta de floración en los años que la alternancia determina poca cosecha. Y sin buena flor no puede haber fruta.
Los investigadores han evaluado las distintas variables que inducen mermas porque también se dan casos de fuertes caídas de frutos pequeños recién cuajados al principio del verano. Sin embargo este punto es más sicológico que otra cosa. En el imaginario colectivo del citricultor suele creerse que fuertes procesos de ‘esporgá’ (caída de frutitos en junio) puden determinar cosechas finales escasas pero no es preciso. Si hay flores y frutos al final siempre quedan.
La memoria es estrecha y resulta frecuente que varios meses después pocos se acuerden de cómo se desarrolló la floración. Pero ¿qué influye en que un año florezcan poco los naranjos? Los investigadores tienen claro que una de las causas principales estriba en que se retrase la recolección de la cosecha anterior que los frutos ya maduros permanezcan en el árbol más allá de las fechas razonables.
Recolección tardía
Según explica Primo los frutos segregan sustancias que actúan como inhibidoras de la floración. Así el vegetal sabe que no ha de poner en marcha el mecanismo de nuevas flores porque tiene producto encima. Una prueba de que esto es así la tenemos en que todas las variedades tardías suelen ser veceras y los mandarinos híbridos triploides más aún. Los frutos están demasiado tiempo en el árbol y este lo reconoce así cuando se realiza el proceso de diferenciación de yemas (las que tiempo después deberán brotar con flores o sólo con hojas).
Muchos agricultores también relacionan por experiencia este asunto con recolecciones tardías y este es además un problema que se ha ido agravando en los últimos años por los problemas comerciales: al haber más cosecha se ha tenido que alargar el periodo de recolección favoreciéndose el vicio.
Si no siempre se cumple la ecuación de una manera exacta es porque también influyen factores climatológicos o de mayor o menor disponibilidad de nutrientes y agua que pueden contribuir a incrementar o disminuir la vecería. Muchos saben por ejemplo que si el arbolado sufre estrés hídrico en el momento justo se favorece mayor floración. Y por ahí van las propuestas de remedio de estos investigadores. Si no provocar falta de riego al menos ir directamente a los resultados inducidos mediante la aplicación de productos que simulen igual situación realizar aclareos de cosechas anteriores abundantes cambiar la secuencias y el rigor de las podas aplicar giberelinas que favorecen la aparición de azahar etc. Y a más largo plazo se investiga en la identificación de los genes que estimulan la floración con la idea de perfeccionar en este aspecto futuras variedades.

FUENTE: LAS PROVINCIAS

España: Por más productividad

Investigadores valencianos del IVIA y de la Politecnica trabajan mancomunadamente buscando alternativas para aumentar la productividad citrícola.

La producción citrícola ha caído en la actual campaña de forma importante. Las previsiones oficiales hablaban al principio de un descenso del 18% pero conforme se avanza en la recolección se hace palpable que las mermas rondan el 30-35%. Pero ¿cuál es la causa de tan notable disminución? Aparte del abandono de campos cuyos dueños han de jado de cultivarlos por no ser rentable el problema se debe al carácter vecero (una vez sí otra vez no) que muestran a veces los cítricos cargando mucha cosecha un año y bajando ostensiblemente al siguiente.
La gran pregunta que se hacen los citricultores es si se puede hacer algo para resolver este problema de alternancia que afecta a determinadas plantaciones este año de manera tan extensa. Lo idóneo sería mantener una productividad estandarizada que se acerque al tope posible todos los años. Sólo así con altas cosechas por unidad de superficie se puede sortear el hándicap frecuente de los bajos precios. Al menos que haya kilos.

Falta de floración

Dos investigadores valencianos están trabajando para ofrecer soluciones en este terreno. Son Eduardo Primo Millo del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias y Manuel Agustí Fonfría catedrático de Agrónomos en la Universidad Politécnica y director del Instituto Agroforestal Mediterráneo.
Eduardo Primo afirma que la cuestión de las alternacias de producción es uno de los principales problemas de la citricultura moderna. Al principio de extenderse el riego por goteo se creía que este era la panacea porque la verdad es que el cambio se manifiesta en los primeros años en crecimientos importantes de cosechas. Pero a la larga no se garantiza la desaparición de alternancias y vecerías y tiempo después pueden volver a presentarse.
La principal constante que se da en las fincas de cítricos con esta mcomplicación es la falta de floración en los años que la alternancia determina poca cosecha. Y sin buena flor no puede haber fruta.
Los investigadores han evaluado las distintas variables que inducen mermas porque también se dan casos de fuertes caídas de frutos pequeños recién cuajados al principio del verano. Sin embargo este punto es más sicológico que otra cosa. En el imaginario colectivo del citricultor suele creerse que fuertes procesos de ‘esporgá’ (caída de frutitos en junio) puden determinar cosechas finales escasas pero no es preciso. Si hay flores y frutos al final siempre quedan.
La memoria es estrecha y resulta frecuente que varios meses después pocos se acuerden de cómo se desarrolló la floración. Pero ¿qué influye en que un año florezcan poco los naranjos? Los investigadores tienen claro que una de las causas principales estriba en que se retrase la recolección de la cosecha anterior que los frutos ya maduros permanezcan en el árbol más allá de las fechas razonables.
Recolección tardía
Según explica Primo los frutos segregan sustancias que actúan como inhibidoras de la floración. Así el vegetal sabe que no ha de poner en marcha el mecanismo de nuevas flores porque tiene producto encima. Una prueba de que esto es así la tenemos en que todas las variedades tardías suelen ser veceras y los mandarinos híbridos triploides más aún. Los frutos están demasiado tiempo en el árbol y este lo reconoce así cuando se realiza el proceso de diferenciación de yemas (las que tiempo después deberán brotar con flores o sólo con hojas).
Muchos agricultores también relacionan por experiencia este asunto con recolecciones tardías y este es además un problema que se ha ido agravando en los últimos años por los problemas comerciales: al haber más cosecha se ha tenido que alargar el periodo de recolección favoreciéndose el vicio.
Si no siempre se cumple la ecuación de una manera exacta es porque también influyen factores climatológicos o de mayor o menor disponibilidad de nutrientes y agua que pueden contribuir a incrementar o disminuir la vecería. Muchos saben por ejemplo que si el arbolado sufre estrés hídrico en el momento justo se favorece mayor floración. Y por ahí van las propuestas de remedio de estos investigadores. Si no provocar falta de riego al menos ir directamente a los resultados inducidos mediante la aplicación de productos que simulen igual situación realizar aclareos de cosechas anteriores abundantes cambiar la secuencias y el rigor de las podas aplicar giberelinas que favorecen la aparición de azahar etc. Y a más largo plazo se investiga en la identificación de los genes que estimulan la floración con la idea de perfeccionar en este aspecto futuras variedades.

FUENTE: LAS PROVINCIAS

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