Un apasionado del campo. Así lo definen quienes lo conocieron. Hondo pesar causó en la agroindustria y en distintos ámbitos sociales el inesperado fallecimiento de Pablo Esteban Lucci, uno de los principales referentes del sector privado tucumano. De perfil bajo, el ingeniero agrónomo trabajó hasta su último día de vida. Empresario pujante, visionario e íntegro. Hombre de una sola palabra, que supo construir el respeto hacia su persona, dando el ejemplo. No se doblegaba ante la adversidad, le presentaba batalla a los problemas y le buscaba soluciones.
Evitaba el conflicto y siempre buscaba el diálogo sincero. Todas virtudes en un hombre que supo abrirse camino en la Agroindustria. Respetado y admirado por sus valores. Defensor de la calidad y la sustentabilidad del medio ambiente, lo que lo hizo trabajar en forma comprometida en todas sus empresas del Grupo Lucci implementando las mejores normas de calidad y sustentabilidad vigentes. Hijo de un empresario italiano, Don Vicente Lucci, que lo formó en el compromiso, el esfuerzo, el estudio y la superación continua.
Recorría los campos, controlaba la caña, el estado de los limones, los granos, las nueces y hasta los viñedos, uno de sus últimos desafíos emprendedores en el proceso de diversificación.
El apellido de Pablo tiene una historia marcada en la actividad privada. Desde 1960, con la construcción, el Grupo Lucci viene impulsando el desarrollo de distintos rubros en la provincia, con Vicente Lucci a la cabeza. De él, precisamente, heredó esa pujanza para buscar nuevos desafíos, impulsando el desarrollo sustentable no sólo en el territorio provincial, sino en la región. Fiel a ese legado, Pablo trató, en todo momento, de generar valor, con sentido social, con el aporte a la comunidad, cuidando el medio ambiente.
Fuente: lagaceta.com.ar

