Un experto de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres, de Tucumán, alertó sobre los efectos de una sobreoferta mundial, además del impacto de factores locales.

Una sobreoferta mundial de limones, generada por diversos factores, trajo aparejadas consecuencias en el sector citrícola nacional, donde aseguran que podrían perderse 260.000 toneladas en la región del NOA. Es en torno del 15% del total. Algo que ya viene ocurriendo y se refleja en fotos y videos que muestran cómo se desecha el producto. A las causas internacionales, en el plano local se agregan elementos como los costos, que no son acompañados de mejores precios para la producción.

“Hay una sobreoferta a nivel mundial porque hubo un crecimiento de la producción en Sudáfrica, Turquía, España y la Argentina”, explicó Hernán Salas, coordinador del programa Citrus de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres, de Tucumán (EEAOC).

El exceso de oferta de limones generó un impacto en todos los mercados a nivel general, a partir de la guerra entre Rusia y Ucrania, que según explican en el sector, no justifica los envíos al exterior. “Esto hizo que la demanda no creciera y, por otro lado, a raíz del conflicto y el atraso de la pandemia se alteraron mucho los precios de logística. Esto generó un encarecimiento para enviar la fruta a todos los mercados y golpeó los negocios de los exportadores”, dijo el experto.

Hasta ahora, en el NOA se estima que, sobre una producción de 2 millones de toneladas, unas 260.000 toneladas quedarían sin recolectar con su consecuente pérdida. En cuanto a los volúmenes de producción local, aseguran que estuvieron dentro de los márgenes esperados para la campaña.

Pese a esta situación, la Argentina va a exportar limones en valores similares a los que tuvo durante la campaña pasada. “Bajó un poco el volumen enviado a Estados Unidos y subieron los enviados a Rusia; pero, a nivel general, la producción creció a un ritmo mayor a la demanda”, señaló. De esta campaña, todavía se siguen haciendo envíos al exterior.

“El precio que se paga por la fruta para proceso industrial tampoco es bueno, porque todas las industrias cuentan con stock de derivados pendientes de vender. Es decir, la crisis energética encareció todos los procesos industriales y logísticos, que también repercute en los costos de fertilizantes y agroquímicos. En líneas generales, hay una devaluación que también impacta en el precio del producto”, narró.

El 75% de la producción de limones se destina a la industrialización, donde lo transforman en aceite esencial, jugos concentrados, pulpas y cáscara deshidratada. “Lo que no se puede cosechar se espera a que la fruta se caiga naturalmente, y todo esto es consecuencia de la sobreproducción”, describió y explicó que siempre es importante descargar la planta para favorecer la floración de la próxima campaña, por lo que siempre hay productores que deciden tirar la fruta o regalarla.