Exportadores de cerezas afectados por las distorsiones impositivas

Todos somos conscientes de lo difícil que es producir en la Argentina. Y más aún cuando nos enfocamos en las economías regionales.

Si bien otras son hoy las prioridades con la crisis del coronavirus, la realidad es que el Estado no ayuda en esta crítica coyuntura empresarial. Paradójicamente, en un momento en el que necesita dólares para hacer funcionar la economía, coloca más impuestos para quienes quieran exportar. El efecto que tienen las retenciones a las exportaciones para este tipo de actividades es realmente nocivo para todos: para las empresas que exportan, para quienes producen y para el Estado que termina de recaudar menos de lo que debería si concibe las condiciones básicas para el desarrollo del sector.

Pero los productores y exportadores de cerezas suman ahora otro problema teniendo en cuenta que venden a consignación y reciben el dinero varios meses después de haber embarcado su fruta. Como el Estado le exige declarar el valor del embarque al momento de cargar, sobre el que deben pagar el 5% de las retenciones, los exportadores estimaron un número teniendo en cuenta las condiciones que presentaba en ese momento el mercado.

El problema es que la mayor parte de la oferta regional que partió de puertos argentinos hacia China en diciembre y enero tuvo serios problemas para ingresar cuando llegó a ese mercado y los valores de venta logrados fueron, en la mayoría de los casos, ruinosos para las empresas. Es decir, muy por debajo de los declarados ante la Aduana al momento de partir.

En este escenario, el único ganador fue el Estado. Hagamos un cálculo sencillo. En enero los exportadores esperaban colocar cada caja de 5 kilos de cerezas en el mercado chino en un valor promedio de 26 dólares puesto en puerto de origen (FOB). Por ese valor se pagó al Estado alrededor de 1,3 dólares por bulto. Pero cuando esa fruta llegó a destino y se encontró con los puertos cerrados por el coronavirus, los valores se desplomaron en forma pronunciada. La mayor parte de esa cereza tuvo retornos negativos. Los empresarios hablan de unos 50 contenedores perdidos. Es decir, parte del trabajo planificado de un año se fue por la borda. Pese a este quebranto técnico en el sector, el Estado logró recaudar por esta fruta con destino a China, solo por retenciones, algo más de 250.000 de dólares. Una cifra insignificante para las arcas nacionales, pero de mucho peso para las empresas que tuvieron que ir a pérdida con esa carga.

Hacia fines de febrero las firmas frutícolas ligadas a la Cámara Argentina de Productores de Cerezas Integrados (Capci) elevaron una nota a las autoridades nacionales (Aduana, AFIP, ministerio de Agroindustria de la Nación y gobiernos provinciales) reflejando estos desvíos que mostraba el mercado y solicitando que se revean los valores FOB declarados teniendo en cuenta el derrumbe de precios sufridos por la cereza argentina en China. Hasta la fecha nadie contesto a este pedido.

Pero la historia no termina aquí. Los exportadores regionales deberán por Ley ingresar al país por valores de ventas que nunca se refrendaron en el mercado.

Por los 50 contenedores de cerezas regionales que salieron rumbo al mercado chino, sobre los cuales en diciembre se declaró un valor teórico de venta ante Aduana de más de 5 dólares por kilo y por los que terminó de pagar el mercado en marzo menos de 3 dólares, los exportadores deberán ingresar 5 millones de dólares cuando solo pudieron facturar 3 millones. Una distorsión que debería ser rectificada por el Estado.

Antes de los 180 días del embarque de la fruta, los exportadores deberán liquidar las divisas declaradas. Al no haber retornos por esas ventas, los números serán mucho menores y por ende los dólares que el Estado pretende que le liquiden no existirán.

Datos clave

5,21

Fue el precio promedio declarado, en dólares por kilo, por los exportadores para toda aquella oferta de cerezas que tuvo destino el mercado chino

1.866

Fueron las toneladas exportadas de cerezas argentinas hacia el mercado del gigante asiático durante la presente temporada.

Devolución de IVA

Otro de los grandes inconvenientes que esta sufriendo el sector, es la falta de la devolución por parte del Estado del IVA sobre las exportaciones.

Según fuentes privadas, no está liberando más de 80 millones de pesos que deberían estar en las cajas de las empresas por la devolución de este impuesto.

Lo lamentable de todo esto es que las firmas exportadoras deben a salir a tomar créditos al sistema financiero -piso de tasa del 24% anual si pueden acceder a las líneas oficiales- cuando deberían disponer del dinero que todavía no les gira el gobierno para cancelar el IVA de exportación.

En definitiva, este es un ejemplo más en el que el estado termina por financiarse con recursos que genera el sector privado.

Fuente: rionegro.com.ar

2020-04-14T17:17:26-03:00

Exportadores de cerezas afectados por las distorsiones impositivas

Todos somos conscientes de lo difícil que es producir en la Argentina. Y más aún cuando nos enfocamos en las economías regionales.

Si bien otras son hoy las prioridades con la crisis del coronavirus, la realidad es que el Estado no ayuda en esta crítica coyuntura empresarial. Paradójicamente, en un momento en el que necesita dólares para hacer funcionar la economía, coloca más impuestos para quienes quieran exportar. El efecto que tienen las retenciones a las exportaciones para este tipo de actividades es realmente nocivo para todos: para las empresas que exportan, para quienes producen y para el Estado que termina de recaudar menos de lo que debería si concibe las condiciones básicas para el desarrollo del sector.

Pero los productores y exportadores de cerezas suman ahora otro problema teniendo en cuenta que venden a consignación y reciben el dinero varios meses después de haber embarcado su fruta. Como el Estado le exige declarar el valor del embarque al momento de cargar, sobre el que deben pagar el 5% de las retenciones, los exportadores estimaron un número teniendo en cuenta las condiciones que presentaba en ese momento el mercado.

El problema es que la mayor parte de la oferta regional que partió de puertos argentinos hacia China en diciembre y enero tuvo serios problemas para ingresar cuando llegó a ese mercado y los valores de venta logrados fueron, en la mayoría de los casos, ruinosos para las empresas. Es decir, muy por debajo de los declarados ante la Aduana al momento de partir.

En este escenario, el único ganador fue el Estado. Hagamos un cálculo sencillo. En enero los exportadores esperaban colocar cada caja de 5 kilos de cerezas en el mercado chino en un valor promedio de 26 dólares puesto en puerto de origen (FOB). Por ese valor se pagó al Estado alrededor de 1,3 dólares por bulto. Pero cuando esa fruta llegó a destino y se encontró con los puertos cerrados por el coronavirus, los valores se desplomaron en forma pronunciada. La mayor parte de esa cereza tuvo retornos negativos. Los empresarios hablan de unos 50 contenedores perdidos. Es decir, parte del trabajo planificado de un año se fue por la borda. Pese a este quebranto técnico en el sector, el Estado logró recaudar por esta fruta con destino a China, solo por retenciones, algo más de 250.000 de dólares. Una cifra insignificante para las arcas nacionales, pero de mucho peso para las empresas que tuvieron que ir a pérdida con esa carga.

Hacia fines de febrero las firmas frutícolas ligadas a la Cámara Argentina de Productores de Cerezas Integrados (Capci) elevaron una nota a las autoridades nacionales (Aduana, AFIP, ministerio de Agroindustria de la Nación y gobiernos provinciales) reflejando estos desvíos que mostraba el mercado y solicitando que se revean los valores FOB declarados teniendo en cuenta el derrumbe de precios sufridos por la cereza argentina en China. Hasta la fecha nadie contesto a este pedido.

Pero la historia no termina aquí. Los exportadores regionales deberán por Ley ingresar al país por valores de ventas que nunca se refrendaron en el mercado.

Por los 50 contenedores de cerezas regionales que salieron rumbo al mercado chino, sobre los cuales en diciembre se declaró un valor teórico de venta ante Aduana de más de 5 dólares por kilo y por los que terminó de pagar el mercado en marzo menos de 3 dólares, los exportadores deberán ingresar 5 millones de dólares cuando solo pudieron facturar 3 millones. Una distorsión que debería ser rectificada por el Estado.

Antes de los 180 días del embarque de la fruta, los exportadores deberán liquidar las divisas declaradas. Al no haber retornos por esas ventas, los números serán mucho menores y por ende los dólares que el Estado pretende que le liquiden no existirán.

Datos clave

5,21

Fue el precio promedio declarado, en dólares por kilo, por los exportadores para toda aquella oferta de cerezas que tuvo destino el mercado chino

1.866

Fueron las toneladas exportadas de cerezas argentinas hacia el mercado del gigante asiático durante la presente temporada.

Devolución de IVA

Otro de los grandes inconvenientes que esta sufriendo el sector, es la falta de la devolución por parte del Estado del IVA sobre las exportaciones.

Según fuentes privadas, no está liberando más de 80 millones de pesos que deberían estar en las cajas de las empresas por la devolución de este impuesto.

Lo lamentable de todo esto es que las firmas exportadoras deben a salir a tomar créditos al sistema financiero -piso de tasa del 24% anual si pueden acceder a las líneas oficiales- cuando deberían disponer del dinero que todavía no les gira el gobierno para cancelar el IVA de exportación.

En definitiva, este es un ejemplo más en el que el estado termina por financiarse con recursos que genera el sector privado.

Fuente: rionegro.com.ar

2020-04-14T17:17:26-03:00
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