Cítricos. Cómo salvarlos de la pandemia que los pone en peligro

También las plantas sufren de pandemias. Tal es el caso actual de una grave enfermedad que afecta o amenaza los árboles cítricos del planeta entero, y solamente con el esfuerzo de toda la comunidad podremos prevenirla o controlarla en nuestro país. Se trata de una enfermedad bacteriana -que ataca específicamente a los cítricos y a la Murraya paniculata- llamada «huanglongbing» (en chino, «enfermedad del dragón amarillo»). Se la conoce por el acrónimo HLB y también por el nombre inglés de «Greening» o «ex Greening».

Una vez contagiadas, las plantas enferman irremediablemente, es decir que no hay cura. La forma de darse cuenta es observando si aparecen alguno de estos síntomas en nuestros cítricos:

  • Un sector del árbol presenta las hojas amarillas.
  • Floración fuera de época.
  • Caída de hojas al mínimo viento.
  • Aparece un moteado en las hojas, zonas amarillas en algunas ocasiones y puntuaciones blancuzcas en otras.
  • Surgen síntomas de deficiencia de nutrientes en las hojas (clorosis internerval).
  • Menos frutos, más pequeños y algunos deformados.
  • Si la planta infectada es joven, directamente nunca producirá frutos.

Con la enfermedad en estado avanzado, se detiene el crecimiento del sistema radical, con los consecuentes declinamiento y posterior muerte del árbol.

Hay tres cepas de estas bacterias patógenas: africana, asiática y americana. Y a su vez, son dos los insectos «vectores» (tienen carga bacteriana en su metabolismo sin que les cause patología alguna) que realizan principalmente su propagación. Estos insectos tienen aparato bucal chupador, y al succionar savia incorporan la enfermedad. Son dos psílidos: en concreto, Diaphorina citri o chicharrita de los cítricos, que transmite las variantes asiática y americana de la enfermedad; y Trioza erytreae (no está en el país), que transmite la africana.

Es la enfermedad más destructiva de los cítricos. La principal forma de transmisión de HLB a gran distancia es a través del material de propagación enfermo, que afecta gravemente la zona de producción citrícola. Insisto, no tiene cura, la prevención se basa en uso de material sano, control del insecto vector y la eliminación de la planta infectada.

¿De dónde viene y hacia dónde va?

La enfermedad fue descrita por primera vez en China en 1943, y en forma explosiva eliminó prácticamente todos los árboles cítricos de Taiwán a fines de los años cincuenta. Por el comercio de cítricos, la enfermedad fue diseminándose y se generaron nuevas cepas o formas. La forma africana de la enfermedad fue descrita por primera vez en 1947 en Sudáfrica, donde actualmente está muy extendida y causa severos perjuicios biológicos y económicos (los mercados no importan cítricos de zonas con «huanglongbing»).

Con el fin de la Segunda Guerra Mundial se produjo una expansión globalizadora del comercio, y la citricultura no escapó a esta generalidad. Lamentablemente, por ignorancia, no hubo controles tempranos y en consecuencia la bacteria se diseminó. En los primeros años de la década del cincuenta, la distribución primaria se produjo en las regiones tropicales y subtropicales de Asia; se ha detectado en todas las regiones asiáticas donde se cultivan cítricos, excepto en Japón.

Reportes científicos evidencian que a principios de la década del setenta la enfermedad ya había afectado producciones en India, Sri Lanka, Malasia, Indonesia, Birmania, Filipinas, Pakistán, Tailandia, las Islas Ryukyu, Nepal, Arabia Saudita y Afganistán. A nuestro continente llegó en la década del noventa: hizo estragos en Cuba, luego se la detectó en Brasil, desde 1998 en Florida (Estados Unidos) y en México desde 2008. Y claramente se ha observado hacia dónde va la pandemia: hacia Argentina.

En 2009 se constató su presencia en Paraguay, y desde entonces el gobierno nacional tomó precauciones para evitar su entrada a nuestro país con el «Programa nacional de prevención del HLB», creado con el objetivo de «prevenir el ingreso de la enfermedad HLB al territorio nacional; implementar sistemas de vigilancia para la detección precoz de la enfermedad; desarrollar campañas de difusión, concientización, capacitación de la plaga; implementar un plan de contingencia para el control de la enfermedad en caso de aparición de brotes dentro del territorio nacional».

En América del Sur la bacteriosis se ha venido transmitiendo principalmente por el vector Diaphorina citri, presente en nuestro país, que se alimenta de la planta y busca brotes tiernos para oviponer. Al alimentarse de una planta enferma de HLB, es capaz de adquirir la bacteria causal de la enfermedad y transmitirla a una planta sana cuando se alimenta de ella.

El nombre vulgar de este hemíptero es chicharrita de los cítricos. Por ahora es el único insecto vector de HLB presente en Argentina, y se lo encuentra en cítricos y en el arbusto ornamental Murraya paniculata o murraya asiática, también conocida como mirto, azahar de la India, jazmín de azahar, jazmín naranja o naranjo jazmín.

La murraya es una planta tropical de hojas perennes, pequeñas, que durante todo el año está con flores blancas y perfumadas. Es utilizado en jardinería como árbol ornamental o de cobertura, pues es muy tolerante a suelos alcalinos, arcillosos, arenosos, ácidos y francos, y es adecuado para grandes coberturas. En todas las murrayas se encuentra la chicharrita. Si una sola planta se contaminara, pronto un universo de chicharritas pasarían a ser vectores y se trasladarían a los cítricos, ya sea de los jardines como de las plantaciones comerciales.

Es por esta razón que se ha prohibido el cultivo de murraya asiática en todo el territorio nacional. Si la enfermedad entra en el país, las consecuencias serán devastadoras para la citricultura argentina. Estamos hablando de 50.000 hectáreas de naranja, 35.000 de mandarina, 8.000 de pomelo y 45.000 de limón, cerca de 150.000 familias que trabajan en el sector y gran cantidad de empresas relacionadas (logística, proveedores de insumos, etc.).

Es por ello que, al no haber cura para el HLB, la solución es impedir su aparición. Y la Murraya del jardín es la portadora de los insectos capaces de trasmitir la pandemia.

Alertas Senasa

Dada la extrema gravedad de las consecuencias de una pandemia, se promulgó la Ley 26.888, que califica al HLB como enfermedad de denuncia obligatoria en la República Argentina. En caso observar síntomas, el Senasa cuenta con una herramienta para su detección remota: Alertas Senasa. Se descarga gratuitamente en dispositivos móviles desde el PlayStore de Android o iOS y permite capturar una imagen de la planta con síntomas sospechosos de la enfermedad, georreferenciarla y enviarla al correo oficial del programa alertahlb@senasa.gob.ar, donde los técnicos del Senasa atenderán la consulta.

Por: Carlos Luis Boschi

Fuente: lanacion.com.ar

2020-09-25T17:41:03-03:00

Cítricos. Cómo salvarlos de la pandemia que los pone en peligro

También las plantas sufren de pandemias. Tal es el caso actual de una grave enfermedad que afecta o amenaza los árboles cítricos del planeta entero, y solamente con el esfuerzo de toda la comunidad podremos prevenirla o controlarla en nuestro país. Se trata de una enfermedad bacteriana -que ataca específicamente a los cítricos y a la Murraya paniculata- llamada «huanglongbing» (en chino, «enfermedad del dragón amarillo»). Se la conoce por el acrónimo HLB y también por el nombre inglés de «Greening» o «ex Greening».

Una vez contagiadas, las plantas enferman irremediablemente, es decir que no hay cura. La forma de darse cuenta es observando si aparecen alguno de estos síntomas en nuestros cítricos:

  • Un sector del árbol presenta las hojas amarillas.
  • Floración fuera de época.
  • Caída de hojas al mínimo viento.
  • Aparece un moteado en las hojas, zonas amarillas en algunas ocasiones y puntuaciones blancuzcas en otras.
  • Surgen síntomas de deficiencia de nutrientes en las hojas (clorosis internerval).
  • Menos frutos, más pequeños y algunos deformados.
  • Si la planta infectada es joven, directamente nunca producirá frutos.

Con la enfermedad en estado avanzado, se detiene el crecimiento del sistema radical, con los consecuentes declinamiento y posterior muerte del árbol.

Hay tres cepas de estas bacterias patógenas: africana, asiática y americana. Y a su vez, son dos los insectos «vectores» (tienen carga bacteriana en su metabolismo sin que les cause patología alguna) que realizan principalmente su propagación. Estos insectos tienen aparato bucal chupador, y al succionar savia incorporan la enfermedad. Son dos psílidos: en concreto, Diaphorina citri o chicharrita de los cítricos, que transmite las variantes asiática y americana de la enfermedad; y Trioza erytreae (no está en el país), que transmite la africana.

Es la enfermedad más destructiva de los cítricos. La principal forma de transmisión de HLB a gran distancia es a través del material de propagación enfermo, que afecta gravemente la zona de producción citrícola. Insisto, no tiene cura, la prevención se basa en uso de material sano, control del insecto vector y la eliminación de la planta infectada.

¿De dónde viene y hacia dónde va?

La enfermedad fue descrita por primera vez en China en 1943, y en forma explosiva eliminó prácticamente todos los árboles cítricos de Taiwán a fines de los años cincuenta. Por el comercio de cítricos, la enfermedad fue diseminándose y se generaron nuevas cepas o formas. La forma africana de la enfermedad fue descrita por primera vez en 1947 en Sudáfrica, donde actualmente está muy extendida y causa severos perjuicios biológicos y económicos (los mercados no importan cítricos de zonas con «huanglongbing»).

Con el fin de la Segunda Guerra Mundial se produjo una expansión globalizadora del comercio, y la citricultura no escapó a esta generalidad. Lamentablemente, por ignorancia, no hubo controles tempranos y en consecuencia la bacteria se diseminó. En los primeros años de la década del cincuenta, la distribución primaria se produjo en las regiones tropicales y subtropicales de Asia; se ha detectado en todas las regiones asiáticas donde se cultivan cítricos, excepto en Japón.

Reportes científicos evidencian que a principios de la década del setenta la enfermedad ya había afectado producciones en India, Sri Lanka, Malasia, Indonesia, Birmania, Filipinas, Pakistán, Tailandia, las Islas Ryukyu, Nepal, Arabia Saudita y Afganistán. A nuestro continente llegó en la década del noventa: hizo estragos en Cuba, luego se la detectó en Brasil, desde 1998 en Florida (Estados Unidos) y en México desde 2008. Y claramente se ha observado hacia dónde va la pandemia: hacia Argentina.

En 2009 se constató su presencia en Paraguay, y desde entonces el gobierno nacional tomó precauciones para evitar su entrada a nuestro país con el «Programa nacional de prevención del HLB», creado con el objetivo de «prevenir el ingreso de la enfermedad HLB al territorio nacional; implementar sistemas de vigilancia para la detección precoz de la enfermedad; desarrollar campañas de difusión, concientización, capacitación de la plaga; implementar un plan de contingencia para el control de la enfermedad en caso de aparición de brotes dentro del territorio nacional».

En América del Sur la bacteriosis se ha venido transmitiendo principalmente por el vector Diaphorina citri, presente en nuestro país, que se alimenta de la planta y busca brotes tiernos para oviponer. Al alimentarse de una planta enferma de HLB, es capaz de adquirir la bacteria causal de la enfermedad y transmitirla a una planta sana cuando se alimenta de ella.

El nombre vulgar de este hemíptero es chicharrita de los cítricos. Por ahora es el único insecto vector de HLB presente en Argentina, y se lo encuentra en cítricos y en el arbusto ornamental Murraya paniculata o murraya asiática, también conocida como mirto, azahar de la India, jazmín de azahar, jazmín naranja o naranjo jazmín.

La murraya es una planta tropical de hojas perennes, pequeñas, que durante todo el año está con flores blancas y perfumadas. Es utilizado en jardinería como árbol ornamental o de cobertura, pues es muy tolerante a suelos alcalinos, arcillosos, arenosos, ácidos y francos, y es adecuado para grandes coberturas. En todas las murrayas se encuentra la chicharrita. Si una sola planta se contaminara, pronto un universo de chicharritas pasarían a ser vectores y se trasladarían a los cítricos, ya sea de los jardines como de las plantaciones comerciales.

Es por esta razón que se ha prohibido el cultivo de murraya asiática en todo el territorio nacional. Si la enfermedad entra en el país, las consecuencias serán devastadoras para la citricultura argentina. Estamos hablando de 50.000 hectáreas de naranja, 35.000 de mandarina, 8.000 de pomelo y 45.000 de limón, cerca de 150.000 familias que trabajan en el sector y gran cantidad de empresas relacionadas (logística, proveedores de insumos, etc.).

Es por ello que, al no haber cura para el HLB, la solución es impedir su aparición. Y la Murraya del jardín es la portadora de los insectos capaces de trasmitir la pandemia.

Alertas Senasa

Dada la extrema gravedad de las consecuencias de una pandemia, se promulgó la Ley 26.888, que califica al HLB como enfermedad de denuncia obligatoria en la República Argentina. En caso observar síntomas, el Senasa cuenta con una herramienta para su detección remota: Alertas Senasa. Se descarga gratuitamente en dispositivos móviles desde el PlayStore de Android o iOS y permite capturar una imagen de la planta con síntomas sospechosos de la enfermedad, georreferenciarla y enviarla al correo oficial del programa alertahlb@senasa.gob.ar, donde los técnicos del Senasa atenderán la consulta.

Por: Carlos Luis Boschi

Fuente: lanacion.com.ar

2020-09-25T17:41:03-03:00
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