El empresariado presentó un proyecto para obtener ácido cítrico de alta pureza y azúcares naturales para sustituir importaciones y devolver rentabilidad al sector.
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El análisis fue a través del procesamiento digital de imágenes satelitales para el que se aplicaron metodologías de teledetección y análisis conocidos como Sistemas de Información Geográfica.
En diálogo con Ámbito, la ingeniera Cristina Morales, una de las autoras del informe, detalló que también hubo un trabajo territorial para obtener más precisión.
«Se hicieron salidas a los campos para corroborar esa disminución y también se recorrieron puntos en los que había dudas», sostuvo. Consultada sobre hacia qué actividades migraron esos campos explicó que «en algunos casos pusieron caña de azúcar y otros se destinaron a granos, como soja o trigo, que son cereales de invierno».
Morales insistió en que debería prestarse una particular atención a este estudio porque desde 2017 el cultivo de citrus siempre fue en expansión, con una tendencia creciente interanual, que saltó de 42.977 hectáreas ese año a 51.972 en 2021, cuando llegó a su techo.
En un intento por encontrar alguna explicación a este escenario, el informe del INTA sostiene: «Las causas de esta disminución podrían estar relacionadas a la caída de la rentabilidad que experimentó la actividad en las campañas 2021 y 2022, principalmente por precios bajos de la fruta para industria, menores volúmenes exportados de fruta fresca, incremento de los costos de producción, competencia de otros mercados y contexto socioeconómico nacional e internacional que afectaron la compra de insumos, por su precio en dólares».
Como si fuera poco, el arranque de la zafra del citrus de este año se retrasó y se acortó en tiempo por los efectos de la sequía, por lo que fue leído casi como un milagro que hace unos días informara la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres, que la cosecha 2023 fue de 1.600.000 toneladas, superior a la del período anterior.
De acuerdo a la entidad de investigación, de esa cifra, cerca de 1.350.000 toneladas se destinaron al proceso industrial y el resto fue para exportación.
Consultado sobre este escenario el empresario tucumano Pablo Padilla, presidente de la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (ACNOA), suscribió lo señalado por el INTA, en relación a las causas de la pérdida de rentabilidad de la actividad.
En relación a los mercados que demandan limones argentinos, señaló: «Las exportaciones a Estados Unidos anduvieron muy bien, con cerca de 74.000 toneladas; se mantuvo la demanda desde Rusia y la mayor caída fue en Europa, por mayores restricciones y por la competencia fuerte de España y Sudáfrica, que tienen ventajas inigualables del precio del transporte y porque en la Península Ibérica se recuperó la producción».
Solución a la vista
Este último lunes, el gobernador Juan Manzur recibió en la Casa de Gobierno a representantes de ACNOA y de la firma Inquinat Argentina, quienes le presentaron un avanzado proyecto para la construcción -en 18 meses o menos- de una planta que permitirá obtener ácido cítrico de alta pureza y una solución de azúcares naturales, que tienen una alta demanda para las industrias de alimentos y bebidas a nivel mundial. En los estudios también participaron técnicos de la Estación Experimental Agroindustria “Obispo Colombres”.
En la actualidad, nuestro país importa estos productos por un valor cercano a los 50 millones de dólares anuales. La puesta en marcha de esta planta permitiría la sustitución de esta compra que se hace en el exterior, sostuvo Padilla. «El gobernador se mostró favorable a allanar todo lo que esté al alcance del gobierno provincial para que el proyecto prospere», dijo.
Lo que más ilusiona al empresariado es que la planta, que se financiará con fondos privados y tendrá un costo cercano a los 10 millones de dólares, es que le pondría fin al escenario de descenso de la rentabilidad por la sobreoferta de fruta y jugo concentrado que se observa año tras año.
«Tendríamos así un destino seguro para el jugo que hoy tenemos almacenado debido al bajo precio, que igual implica un costo importante de mantenimiento por las cámaras frigoríficas, o que debemos vender a valores muy bajos», explicó el titular de ACNOA.
En una primera etapa, la planta -sobre la que se analizan varios terrenos para su instalación- podría procesar hasta 30.000 litros de jugo de limón. Hace dos meses finalizaron las pruebas del laboratorio para determinar qué tecnología se aplicará.
«Son estudios que se hicieron en laboratorios en Francia y en estos momentos se están llevando las muestras de jugo concentrado para hacer los ensayos en plantas pilotos, así se ajustan los cálculos de rendimientos. Si todo avanza sin contratiempos, antes de la temporada 2025 podría comenzar a funcionar el proyecto», explicó Padilla.
Fuente: ambito.com
