En los últimos diez años, los Valles de Río Negro y Neuquén perdieron 11.700 hectáreas frutícolas. Muchas de ellas quedaron en estado de abandono, otras fueron reconvertidas y muchas terminaron como desarrollos inmobiliarios. La actividad petrolera también tuvo su impronta.

Las estadísticas reveladas esta semana por el Servicio Nacional de Seguridad Agroalimentaria (SENASA) dan cuenta de que en estos últimos diez años, la fruticultura regional de los Valles irrigados de Río Negro y Neuquén perdió 11.700 hectáreas.
Sin lugar a dudas los números, estos son difícil de digerir. Principalmente, porque detrás de ellos existe una realidad que pocos la quieren sacar a la superficie. Productores marginados del sistema, personas que perdieron sus puestos de trabajo y, entre otros tantos puntos, una noble cultura que no pudo ser sostenida en el tiempo.
Tomando como referencia que solo para mantener una hectárea frutícola, ya en producción, hay que invertir anualmente unos 10.000 dólares, podemos inferir que se dejaron de colocar fondos en la región en un valor equivalente a los 110 millones de dólares por temporada. Dinero que iba a derramar en toda la economía regional, beneficiando a trabajadores, empresarios, comercios y a las arcas del Estado (Nación, Provincia y Municipios), a través de la recaudación de mayores impuestos.Pero volvamos a las estadísticas. El informe del SENASA da un detalle de las distintas localidades del norte de la Patagonia que hoy tienen tierras productivas ligadas a la actividad frutícola. Tomamos en este trabajo las 20 más importantes en cada una de las variables a analizar.

SUPERFICIE FRUTÍCOLA PLANTADA POR LOCALIDAD

EN HECTÁREAS-PERÍODO 2013-2022
AllenRocaV.ReginaSP. ChañarCipollettiChichinalesGodoyHuergoCervantesChimpayMainquéCentenarioC.GrandeC.SaltosR.ColoradoAñeloLamarqueC.BelisleF.OroV.Azul050004000300020001000HECTÁREAS4904490436973697350035002243224322322232190519051729172917281728137113711334133412441244900900899899788788735735720720696696650650641641560560

En este gráfico se confirma que la localidad de Allen lidera con holgura la superficie plantada con frutales dentro de los Valle de Río Negro y Neuquén. Más que duplica a las hectáreas que hoy tiene Cipolletti. Las tres primeras localidades en importancia de este listado pertenecen a Río Negro y, en cuatro lugar, aparece San Patricio del Chañar, las más importante que presenta Neuquén.

PÉRDIDA DE SUPERFICIE POR LOCALIDAD

EN HECTÁREAS-PERÍODO 2013-2022
AllenRocaV.ReginaCipollettiSP. ChañarLamarqueChimpayCervantesF.OroPlottierR.ColoradoMainquéCentenarioHuergoConesaGodoyV.AzulL.BeltranChichinalesC.Saltos0-1000-500HECTÁREAS-1368-1368-1140-1140-901-901-852-852-691-691-635-635-578-578-544-544-430-430-388-388-369-369-360-360-316-316-313-313-263-263-224-224-222-222-217-217-202-202-177-177

Aquí también se observa que Allen, Roca y Villa Regina se encuentran liderando estas pérdidas, en términos absolutos. Cipolletti asoma en cuarto lugar en este penoso ránking, desplazando al quinto a la localidad de San patricio del Chañar.

PÉRDIDA DE SUPERFICIE POR LOCALIDAD

EN PORCENTAJE-PERÍODO 2013-2022
ConesaPlottierViedmaLamarquePomonaF.OroR.ColoradoL.BeltranNeuquénChimpayCipollettiCervantesV.AzulCentenarioRocaSP. ChañarV.AlegreAllenMainquéV.Regina0-80-60-40-20PORCENTAJE-83-83-69-69-64-64-48-48-48-48-40-40-33-33-33-33-33-33-30-30-28-28-28-28-28-28-26-26-24-24-24-24-24-24-22-22-22-22-20-20

En este último gráfico se puede ver la incidencia real que tuvo la salida de las tierras frutícolas del sistema en algunos puntos de la región. Claramente se puede observar que la mayor parte de las ciudades de Valle Medio sintieron el golpe. Muchas de ellas nacieron, abrazando el ideario de ampliar las fronteras agrícolas, aprovechando el regalo que significa tener un río Negro en nuestro Valle. Toda esta zona se desarrollo a mediados de la década de los ‘80. Hoy sin el sostén de la producción frutícola, pesan muchas dificultades en el desarrollo de estas localidades.

El caso de Cipolletti, Fernández Oro, Neuquén y Plottier, la pérdida de hectáreas productivas esta más ligada al negocio inmobiliario. En todas estás localidades, y durante -por lo menos- los últimos veinte años, fue muy importante el crecimiento de las nuevas urbanizaciones, centrada en la demanda de lotes para construir viviendas. La actividad petrolera, también aquí tuvo su incidencia.

El mercado terminó mandando y, sin un control por parte de los municipios, el avance del cemento avanzó impune sobre las fértiles zonas de esta región productiva.

Fuente: masp.lmneuquen.com