Las lluvias e inundaciones extremas del mes pasado en el sur de Brasil, especialmente en Rio Grande do Sul, coincidieron con la fase final de fructificación de importantes variedades de cítricos, como la bergamota Caí, Ponkan y Pareci, cuyas cosechas estaban en curso.

Según un informe divulgado el 4 de junio por Emater-RS, en el estado se perdieron más de 103.000 toneladas de bergamotas y naranjas por parte de más de 7.200 productores. En muchos campos, el suelo quedó empapado no solo debido a las inundaciones, provocadas por el desbordamiento de los ríos y las escorrentías, sino también a causa de varios días de fuertes lluvias.

El contexto climático adverso interfirió en la disponibilidad de aire (oxígeno del suelo), lo cual provocó hipoxia en el sistema radicular de las plantas y, a su vez, formó capas de abscisión (muerte de tejidos), lo que indujo la producción de etileno y desencadenó daños fisiológicos en las plantas, como la caída de frutos. Además, la brusca reducción de la temperatura contribuyó a la intensidad de estas pérdidas de producción.

Aunque las pérdidas de la actual campaña citrícola son ciertamente preocupantes, a Luis Bohn, subdirector técnico de Emater/RS-Ascar, le preocupa otro factor: la motivación de los productores.

«Esta semana pasada me reuní con varios agricultores y me pareció que hay una falta de motivación entre muchos productores, incluidos los que cultivan uvas y cítricos», dice Bohn.

La motivación, dice, es un elemento importante en cualquier producción. Empiezan a plantearse la cuestión de la tierra, dónde están, si merece la pena reconstruir, replantar, etc.

Según Bohn, el año pasado, Rio Grande do Sul tuvo once fenómenos climáticos que influyeron negativamente en los cultivos. Ahora, este último fenómeno, que afectó a la mayor parte del estado, está haciendo que muchos productores se planteen cambiar la ubicación de su producción o incluso abandonar la agricultura.

«Este será nuestro mayor trabajo, porque un agricultor menos motivado tarda más en tomar decisiones. No planifica, y la agricultura requiere planificación», dice Bohn, y añade: «La producción no saldrá adelante si un agricultor mira su campo y no se acuerda de que tiene que podarlo a finales de julio».

 

Fuente: freshplaza.es