El zumo de naranja, antaño una bebida básica en muchos hogares estadounidenses, ha experimentado un descenso constante del consumo durante las dos últimas décadas. Aunque la disminución de la demanda ha influido, también el retroceso de la producción nacional de naranja ha afectado negativamente a la disponibilidad per cápita, una medida aproximada del consumo.

Las importaciones de zumo de naranja procedentes de Brasil y México han atenuado parte de este descenso; sin embargo, la disponibilidad de zumo de naranja ha caído de unos 18,9 litros por persona en la campaña 2000/01 a una previsión de 7,6 litros por persona en 2022/23.

La mayoría de las naranjas cultivadas para el mercado de transformación/zumo en Estados Unidos se recolectan en Florida. En los últimos años, la cosecha de cítricos de Florida ha sufrido enfermedades y fenómenos meteorológicos extremos, lo que ha provocado una merma de las cosechas de naranjas. La reducción de la oferta ha contribuido a un aumento general de los precios del zumo de naranja. Sin embargo, ajustados a la inflación, los precios del zumo de naranja concentrado congelado y no procedente de concentrado (las dos categorías principales) aumentaron a tasas comparativamente modestas entre 2000/01 y 2021/22.

El precio del zumo de naranja concentrado congelado aumentó un 5% en 20 años, mientras que el zumo de naranja no procedente de concentrado aumentó un 12% en el mismo periodo. El modesto incremento del precio real pone de relieve el impacto de la disminución de la demanda, atenuando en cierta medida el efecto sobre los precios asociado a una menor oferta.

El anterior gráfico se basa en el «Informe de perspectivas de frutas y frutos secos» del Servicio de Investigación Económica (ERS) del USDA, publicado en septiembre de 2023, y en datos del «Anuario de frutas y frutos secos» del ERS y de la diferencia de precios del campo a la mesa.

 

Fuente: freshplaza.es