La Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) llevó a cabo una Jornada Citrícola en el anfiteatro de la Facultad de Agronomía y Zootecnia (FAZ) de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). De la actividad participaron más de 300 personas entre productores, técnicos y asesores de Tucumán.
El discurso de apertura del evento estuvo a cargo del director Técnico de la Eeaoc, Daniel Ploper; y en su carácter de anfitriona, la decana de esa unidad académica, Susana Monserrat, pronunció palabras de bienvenida.
Al inicio de la jornada el director Asistente en Tecnología Agropecuaria de la Eeaoc, Hernán Salas López, disertó sobre los aspectos generales de la campaña limonera del corriente año.
Durante su exposición, dijo que la limonicultura de la región del Noroeste Argentino (NOA) atraviesa una crisis sin precedentes. “En los últimos cuatro años, entre un 10% y un 15% de la producción -es decir, entre 200.000 y 300.000 toneladas- quedó en las plantas sin que haya sido cosechada”, dijo.
Contó, también, que el crecimiento de la oferta por parte de la Argentina y de otros países -como Turquía, España y Sudáfrica- provocó una caída importante de los precios internacionales. “Solo por citar, Turquía pasó de 600.000 a 1,4 millón de toneladas de producción en los últimos 10 años, mientras que Sudáfrica -competencia directa de la Argentina en el hemisferio sur-, de 200.000 a casi 600.000 toneladas durante el mismo período”, precisó.
Añadió que en nuestro caso, el incremento también fue notable: en los últimos años se alcanzaron las 2 millones de toneladas de producción para todo el país, tras varios años de volumen productivo de entre 1 millón y 1,5 millón de toneladas.
Añadió que a esta situación se le suman las consecuencias del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Por un lado, ambos países son importantes compradores de nuestra producción, lo cual nos afecta en forma directa -alrededor de 60.000 toneladas-. E indirectamente también nos impacta fuerte debido al aumento de los precios de los recursos energéticos. “Esta situación nos repercute de distintas maneras: los fletes marítimos y terrestres subieron sus tarifas más del 100%; el costo de la energía eléctrica subió también más del 100%, la cual es fundamental para las tareas de producción (riego y provisión de agua para las labores) y de proceso (empaque, fábrica y cámaras de conservación de derivados)”, dijo. Agregó que la disponibilidad de contenedores tras la pandemia fue muy limitada, lo que entorpeció aun más la logística.
“La llegada a los mercados asiáticos se hizo inviable, a raíz de las distancias y de los factores ya mencionados. Si bien todas estas adversidades fueron comunes a todos los países exportadores, en el caso de nuestro país lo son mucho más por la gran distancia a los mercados compradores”, indicó.
Por otro lado, destacó que los precios de la fruta fresca fueron atractivos un corto tiempo, solo al comienzo de la campaña; y luego cayeron abruptamente debido a la sobreoferta, lo que se agravó por las devaluaciones en los diferentes países. “En cuanto a los derivados industriales, tanto en jugo como en aceite, los precios cayeron cerca del 60%; y hasta hoy no se vislumbra recuperación alguna”, afirmó.
Expresó que si bien esta crisis impacta sobre toda la actividad en general, el mayor peso lo llevaron los productores independientes. “Mientras las empresas integradas y exportadoras pudieron procesar la mayoría de la fruta, el mayor porcentaje de fruta que quedará sin levantar pertenece a los productores independientes quienes, para poder colectar su fruta, debían esperar que algún establecimiento se las pudiera recibir”, dijo. Y agregó que el costo de la cosecha y del traslado de la fruta fue superior al precio ofrecido por las industrias locales, razón por la cual no tuvieron retorno económico alguno luego de la inversión anual realizada. “Esta situación podría impactar en forma negativa para la próxima campaña. La obtención de los mercados y poder mantener el estatus de proveedor de estos requiere de grandes esfuerzos por parte de la actividad de manera tal de no comprometer sanitariamente la producción”, puntualizó.
En el cierre de la jornada, Salas brindó algunas recomendaciones con vistas a la próxima campaña:
• Ser muy criteriosos a la hora de planificar la estrategia y de definir cuáles son aquellos factores en los cuales se puede racionalizar o reducir los costos.
• Elegir cuidadosamente los lotes para exportación teniendo en cuenta la edad, productividad, estado sanitario y antecedentes de estos.
• La reducción de cuidados en la fertilización afectará la productividad en el corto o mediano plazo; pero la falta de atención sanitaria puede provocar directamente la descalificación del lote. Si se generalizaran situaciones como estas, podrían llegar a comprometer el estatus sanitario del país lo que derivaría en problemas más graves.
Finalmente, Salas mencionó que junto al sector privado nucleado en Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (Acnoa), el Programa Industrialización de los cítricos de la Eeaoc está trabajando activamente en diferentes líneas de investigación y de desarrollo para la obtención de diversos productos a partir de los derivados que actualmente produce la industria local.
Fuente: lagaceta.com.ar