El estrecho de Bab el-Mandeb, traducido del árabe como «la puerta de las lamentaciones», sigue haciendo honor a su nombre en el contexto de la crisis en el mar Rojo. «La temporada habría sido muy buena si no nos hubiéramos visto afectados por el problema del mar Rojo», asegura Ibrahim Gadallah, exportador egipcio de cítricos que invirtió anticipando un auge en el sector citrícola de Egipto esta temporada.

«Inauguramos una nueva planta de envasado esta temporada, equipada con máquinas de clasificación actualizadas y calibradores ópticos. Tiene una capacidad de producción de 350 toneladas por día y una capacidad de almacenamiento en frío de 3.000 palés. Sin embargo, no conoceremos todos los beneficios de esta nueva inversión hasta que se resuelva la crisis», dice el exportador.

La crisis del mar Rojo no solo ha aislado a los exportadores egipcios de sus mercados en Asia, sino que también ha provocado un aumento en la oferta en el mercado europeo y una caída de los precios. En el caso de Janafresh, Gadallah informa: «Nuestras exportaciones a Asia han caído un 40% en comparación con la temporada pasada, y esto representa hasta el 20% de nuestras ventas. Continuamos sirviendo a los clientes asiáticos a través del cabo de Buena Esperanza, con dos semanas más de tránsito y 2.000 dólares más de costes de transporte».

«Estamos haciendo todo lo que está en nuestro poder para trabajar en estas condiciones. Tratamos de poner el foco en los mercados europeos, de África occidental, brasileños y rusos. Aparte de Asia, exportamos 100 contenedores más que en el mismo período de la temporada pasada al resto de nuestros mercados», precisa el exportador.

Gadallah dice que ha decidido suspender su plan de inversión en espera de la resolución de la crisis en el mar Rojo. «No veo cuándo retomaremos las próximas fases de construcción de nuestra nueva planta de envasado. La crisis en Bab el-Mandeb terminará cuando termine la guerra, y no hay señales de que esta vaya a tener un fin inminente».

 

Fuente: freshplaza.es