Las exportaciones de pomáceas pareciera que encontraron un piso. Durante 2023 alcanzaron poco más de 390.000 toneladas.

Las exportaciones de peras y manzanas, durante el año pasado, totalizaron las 390.832 toneladas, volumen que refleja un crecimiento interanual del orden del 13,2%. Así lo detalla el cierre de las estadísticas del 2023 publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) en el que se remarca que las divisas ingresadas por esta ventas alcanzaron los 256,1 millones de dólares, 8,1% más respecto del consolidado en 2022.

 

De esta manera las colocaciones de pomáceas muestran una leve recuperación en relación a la tendencia que se venía observando en los últimos años.

Cuando se desglosa la estadística, se observa que las peras lideran los niveles de exportación con una participación del 80% sobre el total de las colocaciones externas de pomáceas. El restante 20% lo suman las manzanas.

Los embarques de peras durante el año pasado alcanzaron las 314.749 toneladas, volumen que representa un incremento interanual del 14,4%. En relación a las divisas ingresadas, los datos oficiales señalan que totalizaron los 2224,6 millones de dólares, 7,1% más que en 2022.

 

Los datos del comercio de manzana, muestran una tendencia similar al de las peras. Durante el 2023 las exportaciones de manzanas alcanzaron las 70.122 toneladas, cifra que muestra un crecimiento del 8,5% respecto de 2022. La facturación total, por su parte, alcanzó los 52,2 millones de dólares, un 12,4% superior al de la temporada anterior.

 

Las caídas registradas en manzana en los últimos años son, claramente, mucho más pronunciadas que en las peras. Pareciera que el piso de ventas externas se consolido en 2022 y el año pasado comenzó un leve proceso de recuperación. Las expectativas están -para todas las pomáceas- en lograr un tipo de cambio competitivo que permita volver a los mercados externos y recuperar los volúmenes de años anteriores.

Mucho de este posible escenario dependerá de como el Gobierno acompañe la devaluación de la moneda con la inflación. Si vuelve a usar a la divisa como ancla inflacionaria, la situación empeorará para todo el sistema frutícola exportador. Hoy con un dólar en torno a los 850 pesos el sistema es competitivo. El problema es que para febrero y marzo se espera una suba de precios internos del orden del 40% -en momento de plena cosecha- y si este incremento no acompaña al tipo de cambio, exportar se volverá muy difícil para las empresas del Valle de Río Negro y Neuquén.

 

Fuente: masp.lmneuquen.com