Hoy, España es el quinto mercado de exportación más grande de Brasil. La nación ibérica tuvo una participación del 2,9% en las exportaciones brasileñas en 2022, el porcentaje más alto desde el inicio de la serie histórica en 1997. Con foco en la soja, el maíz y los aceites crudos de petróleo, el porcentaje de participación de España aumentó un punto porcentual en comparación con 2021. Sin embargo, según Xiana Méndez, secretaria de comercio de España y directora de ICEX España Exportación e Inversiones, este escenario podría volverse más auspicioso si Mercosur y la Unión Europea tuvieran su tratado de libre comercio.
Esto se debe a que, según ella, dicho acuerdo haría más rentable el comercio, ya que permite una disminución de los aranceles e incluye instrumentos de facilitación como las barreras arancelarias y la armonización de las normas sanitarias y fitosanitarias. “Estas características ayudan a nuestras empresas en su búsqueda de nuevos proveedores. Creo que la diversificación es el mejor curso de acción, como hemos visto en situaciones como la pandemia y la guerra [de Ucrania]”, continuó.
En Brasil para el Encuentro Empresarial España-Brasil 2023, Xiana dijo que el acuerdo ahora depende de un consenso en torno al protocolo sobre desarrollo sostenible que establece obligaciones para ambas partes y mecanismos de seguimiento. Ella espera que esto se logre a mediados de año.
La misión de la secretaria es dura. España ocupará la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea en el segundo semestre del año, cuando celebrará la Cumbre Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac)-UE, prevista para julio, y pretende despegar terrenos los tratados de libre comercio con Chile, México y Mercosur.
El acuerdo está siendo trabajado hasta el cansancio por Xiana, quien recientemente recorrió los países del Mercosur para desatar nudos a su alrededor.
Además de promover los intercambios bilaterales en el ámbito comercial, agregó, el acuerdo sería fundamental para impulsar las agendas ambientales de ambas partes.
“La falta de un acuerdo es inherentemente una peor opción para la sociedad y el medio ambiente. El capítulo del acuerdo sobre desarrollo sostenible refuerza los compromisos internacionales de la UE y el Mercosur para reducir las emisiones de CO2, proteger ecosistemas como el Amazonas e involucrar a los pueblos indígenas en las cadenas de valor y la agricultura”.
Consultada sobre las reservas de los gobiernos de Argentina y Brasil, así como el rechazo de un segmento de la opinión pública que teme la pérdida de empleos ante la entrada de productos europeos al mercado latinoamericano, afirmó que el tratado estimularía la creación de empleo.
“Importar y exportar exponen a las empresas a la competencia internacional, las hacen más innovadoras, las obligan a crecer, a ser más productivas. Vivir en una economía cerrada significa que la productividad nunca despega y la competitividad no despega. Entonces el comercio internacional es una fuente de crecimiento y creación de empleo”, dijo.
Argumentó que el acuerdo trae una liberalización equilibrada en términos generales, “pero sería más inmediato para los productos del Mercosur en la Unión Europea que al revés”.
Según ella, se espera que el acuerdo impulse el sector primario en Brasil al aumentar las exportaciones de productos agrícolas y manufacturados.
“En el caso de los bienes industriales, existe un cronograma de cero a diez años para la liberalización de más del 90% de los bienes para el mercado de la Unión Europea. También existe la posibilidad de exportar bienes industriales al mercado europeo, que es bastante abierto y tiene aranceles más bajos que el Mercosur”, dijo. “Más que la liberalización comercial, la liberalización permitirá a la industria brasileña o argentina obtener equipos, bienes y otros insumos necesarios semimanufacturados a precios significativamente más bajos”.
Fuente: Valor Económico
