La campaña citrícola española va tomando cuerpo siendo prematuro valorar la repercusión de la intensificación del control de calidad gracias a la puesta en práctica del convenio Consellería de Agricultura-Soivre aunque aparentemente el panorama no haya cambiado.No es fácil ni mucho menos desmontar el descaro actual de un descontrol marcado por el aparcamiento de las normas de calidad que rigen en la UE. Esta actitud que destacados operadores no practican al comercializar con dignidad salvo en segundas marcas utilizadas por algunos de ellos con fruta entregada ‘a resultas’ se contempla beneficiosa para sus intereses por el grupo que decide la política de los exportadores tradicionales que es la que predomina en todo tiempo y lugar. Aunque ello pueda parecer incoherente no lo es en absoluto si se profundiza un poco en la materia.
Recuérdese que tras la campaña citrícola de 1991/92 última en la que se disfrutó una demanda viva ante una calidad exaltada gracias al indudable esfuerzo confeccionador que mejoraba ejercicios anteriores hubo una reacción de contrariedad en el aludido grupo. El ritmo de la exportación y la resistencia de la propiedad a conformarse con precios superiores a los de campañas anteriores fortalecían la posición de la misma e incrementaba la competencia de otros operadores. Consecuencia de ello fue la pasividad de la totalidad del sector comercial aceptando la desaparición del control del Soivre que perdía la competencia en la UE al convertirse la exportación en comercio interior sin plantear la necesidad de la oportuna inspección desde las autonomías.
Es cierto que formalmente tal como aseveraban los destacados exportadores tradicionales de antaño determinados operadores no se desvían de las normas. Pero ¡ay! los tópicos de la historia naranjera se repiten siempre desde las verdades a medias. Por ejemplo especialmente en Alemania que es el primer mercado mundial de recepción citrícola es frecuente que la gran mayoría del comercio falsee datos de identidad y origen. Algunos según opiniones de escasa repercusión por más que todo engaño al consumidor repercuta negativamente en la demanda. Por ejemplo el marcado como Navelate de la gran mayoría de todas las Lane late enviadas cuando la producción de la mejor variedad del mundo es en la actualidad inferior al 10% de las Lane. El comentarista comprobó cuatro semanas atrás en una tienda de cierta calidad de barrio en Madrid cajas de Ellendales de 10 kilos comercializada por una firma tradicional de Castellón que expresaba España como origen de las mismas. Horas más tarde se pudo ver que la misma empresa ofrecía en el supermercado de unos conocidos almacenes bandejas de Ellendales de menor calidad pero marcadas con Uruguay en su procedencia.
Pero esa actitud justificada por los operadores de turno con la excusa de complacer las exigencias de sus clientes que no son precisamente quienes se las comen empalidece todas las campañas ante el marcado como Clementinas Clemenlates y otras denominaciones que engañan al consumidor con parte importante de los híbridos del tipo mandarina comercializados en la UE excepto en Francia porque disfrutan de un servicio de fraudes estatal serio y abundan los consumidores exquisitos y exigentes. Pero en todo caso los impactos más negativos provienen de la acidez el manchado de los frutos y el envío de cítricos helados con control o sin control práctico.
Observando el retroceso de la satsuma y adquiriendo en tiendas de barrio clementina Marisol de piel muy fina de calibre pequeño pero francamente agradable aunque uno se desvíe un tanto en gustos personales al apetecer del toque de acidez apreciable cabe pensar que la campaña de Estados Unidos iniciada en estos momentos con la misma variedad deberá suponer un éxito salvo imprevistos.
Por último dado que en ocasiones hemos ensalzado a la interprofesional del limón y el pomelo Ailimpo aupándola sobre Intercitrus es el momento de contraponer a comentarios anteriores la aviesa intención que destila la reciente nota que ha publicado. No tendría mayor importancia aunque sea sospechosa que Ailimpo disintiera de los aforos oficiales a la baja del limón de Murcia y de la Comunitat Valenciana afirmando que la cosecha será prácticamente del mismo nivel que la precedente si al mismo tiempo no hubiera afirmado que la clave de la actual campaña además de la calidad está en desplazar a la competencia ofreciendo “precios competitivos”. Sin duda al igual que hace cincuenta años en el sector mandan los mismos.
fuente: Luis Font de Mora