Agricultores de diferentes países de la UE protestan para denunciar la crisis que atraviesan y exigen cambios en las políticas nacionales y europeas.

Las bocinas a todo volumen y el rugir de los tractores ha sido la banda sonora de estas últimas semanas en Europa. El clamor agrícola se ha extendido por diferentes países europeos llevando sus protestas hasta la mismísima sede de la Comisión Europea. Protestas que abrieron informativos y acapararon titulares durante la pasada semana, pero que no son más que el eco de las preocupaciones y demandas sostenidas durante años por los agricultores.

Las imágenes de tractores bloqueando el centro de Berlín, frente a la Puerta de Brandeburgo, dieron la vuelta el mundo a principios de enero. Pero esta ola de disturbios se desencadenó en noviembre del año pasado, cuando los agricultores polacos bloquearon la frontera con Ucrania en protesta por las importaciones de alimentos procedentes de este país y su impacto en los precios. 

Con el inicio del nuevo año, las manifestaciones se propagaron por Europa, congregando a miles de agricultores y transportistas en las calles de Rumania, Grecia, Bélgica, Países Bajos, Italia, Francia… y aunque cada país expresaba sus preocupaciones con motivaciones diversas, todos comparten puntos clave al convivir bajo la misma legislación comunitaria: el exceso de burocracia, una transición verde inasumible y la desventaja competitiva frente a las importaciones de terceros países.

En este contexto, no todos han comprendido ni respaldado las acciones vandálicas que adoptaron las protestas de los agricultores franceses al dirigir ataques contra camiones españoles, obstruyendo su trayecto y destruyendo la carga transportada. “No juzgamos los elementos que han activado al protesta. De hecho los compartimos y también los denunciamos… Pero no puede ser que quien desea un mayor grado de libertad y competitividad para el sector agrario se dedique a protestar destruyendo mercancía de ese mismo sector del país vecino y hermano”,  subrayaban desde el sector productor y exportador hortofrutícola español. 

 

Europa mueve ficha

La demostración de fuerza de los agricultores y ganaderos europeos llegó hasta la sede de la Unión Europea coincidiendo con una cumbre celebrada el pasado jueves en Bruselas. Aunque la reunión debía centrarse en la ayuda financiera a Ucrania, las protestas de los agricultores propiciaron que el tema se incluyera en la agenda y que al término de la cumbre, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, se reuniera con representantes de los agricultores. En la rueda de prensa posterior, prometió trabajar rápidamente en una propuesta “para reducir las cargas administrativas” y buscar cómo incluir a los agricultores en el proceso de transición verde, haciéndose así eco de dos de las principales demandas del sector agrícola europeo. 

Si bien las palabras de la presidenta fueron acogidas con satisfacción, los mismos agricultores no podían ocultar cierto escepticismo, pues “estas acciones deben ofrecer respuestas concretas a los agricultores”.

 

España

Hasta el momento, en España los agricultores parecían estar  “quietos” frente a la oleada de manifestaciones en los países vecinos, pero las movilizaciones ya ha llegado a la península y las tres principales organizaciones agrarias, Asaja, COAG y UPA, han anunciado un calendario de protestas para las próximas semanas. La sensación general de los sindicatos agrarios es de “asfixia”, y así lo expresaron durante su reunión con el ministro de Agricultura, Luis Planas. “El Ejecutivo y este ministro están dispuestos a seguir trabajando, con las organizaciones agrarias y el conjunto del sector, para avanzar hacia el futuro. Agricultores y ganaderos quieren algo sencillo, que se les escuche, comprenda y respete, y esa es la actitud en la que está este Gobierno para la búsqueda de soluciones”, señaló por su parte el ministro.

 

En pie de guerra

Algunas protestas se han ido “desinflando”, pero eso no significa que los agricultores no sigan en pie de guerra. El sector tiene claro que va a mantener viva la llama de sus reivindicaciones hasta ver un cambio real en la política agraria europea.

 

Fuente: valenciafruits.com