Desde hace al menos dos o tres años el sector limonero argentino enfrenta una crisis que lo ha puesto frente al peor de los escenarios. Ante la falta de ingresos adecuados que permitan sostener las plantaciones, muchos productores y empresas han comenzado a optar por dejar de mantenerlas o, lo que es peor, erradicarlas. La superficie desmontada ya representa 13% de la que había.

Según indicó la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (ACNOA) a Bichos de Campo, a partir de imágenes satelitales tomadas por la Estación Experimental Obispo Colombres y el INTA, entre noviembre del 2022 y noviembre del 2023 se han arrancado alrededor de 6.500 hectáreas de limón, principalmente en la provincia de Tucumán aunque también se registraron casos en Jujuy y Salta.  A ese número se le suman unas 12.000 a 13.000 hectáreas en apariencia “decoloradas”, que han sido descuidadas y poco fertilizadas en los últimos meses.

“El proceso de crisis viene hace dos o tres años y los números no son favorables para la actividad. Eso está llevando a que muchos productores estén haciendo mantenimiento mínimo o no estén haciendo mantenimiento de sus quintas, porque lo que puede pagar la industria es menor a lo que cuesta mantener y cosechar una quinta. Es importante que quede claro: es un proceso que se viene dando en los últimos 36 meses, no es de ahora”, dijo Pablo Padilla, presidente de ACNOA, a este medio.

De acuerdo con los datos de la Asociación, Argentina cuenta con 50.000 hectáreas dedicadas a esta producción distribuidas en el norte, de las cuales 42.000 se ubican en Tucumán. La producción anual se ubica actualmente en torno a 1.850.000 toneladas, número que queda por debajo de los máximos históricos que el país ha llegado a tener en torno a las 2.200.000 a 2.300.000 toneladas. En este marco no hay que olvidar que el sector todavía se encuentra en emergencia por la sequía, cuyo plazo de vigencia es hasta el próximo año.

Ahora bien, ¿qué factores juegan detrás de esta crisis? Para Padilla se mezclan muchos, tanto nacionales como internacionales.

A nivel externo, se registra desde hace tiempo una sobreoferta que pone presión sobre los precios.

“El sector ha pasado por un proceso beneficioso en los últimos diez años. Eso hizo que en todo el mundo, incluso en Argentina, la superficie limonera se incrementara fuertemente. La entrada de producción de esas nuevas quintas fue exponencial, y eso impactó en la oferta de los cuatro principales productos, que son fruta fresca, jugo, aceite esencial y cáscara, tanto de nuestro país como de los nuevos competidores como Sudáfrica, Turquía y España”.

El resultado fue que “se produzcan momentos de sobreoferta en los mercados tanto de productos frescos como derivados industriales, empujando los ingresos a la baja”, explicó el titular de ACNOA.

A nivel interno, la brecha cambiaria ha representado uno de los mayores obstáculos para los productores en los últimos años, principalmente en lo que respecta al abastecimiento de los insumos necesarios como agroquímicos, fertilizantes y mano de obra.

“Veníamos viviendo una situación de doble tipo de cambio. Los costos corrían al dólar informal y nuestros ingresos al dólar oficial. Cobrábamos nuestras importaciones 365 o 380 y los costos corrían al blue, donde hemos llegado a tener brechas del 180%. Muchos costos han seguido la cotización del dólar informal y eso nos quita competitividad”, señaló Padilla.

A esto se sumó el fantasma de las retenciones, que el gobierno buscó subir al 15% pero que luego, tras quedar dentro de la lista de “excepciones”, quedó con una retención especial del 8% para la esencia de limón. Si bien esto aún no se ha vuelto efectivo, sin dudas prendió las alarmas de más de un exportador.

“El sector viene charlando con el Ministerio de Economía, con el gobierno provincial, para tratar de evitar las retenciones al sector, demostrando que el mismo está en crisis. Y como decimos, ella se viene construyendo en los últimos tres años por un derrumbe de los precios internacionales”, sostuvo el citrícola.

-A pesar de esta crisis de sobreproducción, ¿Argentina continúa manteniendo sus destinos comerciales?- le preguntamos a Padilla.

-Argentina sigue siendo el mayor participante en lo que es derivados industriales, con el 70% de la oferta mundial, y su destino son todos los países del mundo, no hay restricciones prácticamente para los derivados industriales. En cuanto a la fruta fresca, ha crecido mucho en el mercado americano. En Europa y Rusia ha perdido posicionamiento contra Sudáfrica, España y Turquía, pero siguen siendo mercados importantes para el sector.

-En cuanto a la falta de mantenimiento que están experimentando muchas fincas del país, ¿los arboles podrán eventualmente recuperarse?

-La falta de inversión viene siendo sintomática desde hace dos años aunque se acentuó este año. La caída de producción no es inmediata, pero la recuperación tampoco lo es. Una vez que una quinta se viene abajo, cuesta unos años volverla a poner en óptimo estado y va a depender mucho de la edad de la quinta. Si estamos hablando de una quinta de más de 15 años va a costar más sacarla de ese declive. Así que estamos ante la posibilidad de, en los próximos años, tener un quiebre biológico, un ajuste de la producción muy fuerte.

-¿Y en aquellos lugares donde se desmontó?

-Donde se desmontó se tienen por lo menos siete años para volver a producir. Donde se dejó de cuidar o se hace el mantenimiento mínimo, para volver a tener una quinta en óptimas condiciones, dependiendo de la edad de los árboles, va a llevar entre dos y tres años de tiempo.

-Aún así, hay empresarios del sector que afirman que la erradicación de hectáreas ha sido de más del doble en todo el país. ¿Por qué cree que ocurre esto?

-Yo creo que el sector está viviendo momentos muy difíciles. Hay una mezcla de sensaciones entre las retenciones y el inconformismo de los productores por su implementación en un momento de crisis donde se hace difícil pagarlas. La gente no encuentra una salida. Imagínese que hay productores que han hecho inversiones para los próximos 25 a 30 años y hoy tienen que ver cómo seguir adelante o salir del negocio. La gente está muy preocupada y se produce toda una mezcla, pero hay que ser claros: la crisis se viene construyendo. De hecho las retenciones hoy no están impuestas, es decir que esa no es la causa. Desde ACNOA tratamos de informar esto, que el sector vive un achicamiento, y trabajamos presentando la problemática a los distintos estamentos gubernamentales, tanto provinciales como nacionales.

A continuación, Padilla añadió: “También se está trabajando y avanzando en los proyectos de diversificación productiva, del desarrollo de nuevos productos como el ácido cítrico, los terpenos que se obtienen del aceite esencial y los bioflavonoides que se pueden obtener de las cáscaras. ACNOA está en el camino de buscar ampliar la base del negocio para poder combatir esta crisis que generan los excedentes, y destinar parte de ellos a nuevos usos. Esto descomprimiría los stocks que hay a nivel internacional y en el sector principalmente, para poder conseguir mejorar los precios, que es lo único que no va a sacar de esta crisis”.

 

Fuente: bichosdecampo.com