Las cifras de la inflación australiana publicadas la semana pasada mostraron que, en los doce meses transcurridos hasta agosto, el coste de la vida aumentó un 6,8%. El coste de los alimentos y las bebidas ha contribuido de forma significativa a esta cifra, y las frutas y verduras, en particular, han contribuido a este aumento, pasando del 9,1% en junio al 18,6% en agosto.

Esto significa que, para muchos, el coste de las frutas y hortalizas frescas es demasiado. Y esto, a su vez, ha llevado a los productores australianos a deshacerse de montones de naranjas que no podían venderse en el mercado.

Los presupuestos de los hogares se han visto sometidos a una mayor presión durante el último año, a medida que aumenta la inflación. La web de comparación Finder descubrió el mes pasado que los comestibles eran el segundo factor de estrés en las facturas de las familias australianas. Sarah Megginson, redactora jefe de Finder, afirma que el aumento de las facturas será un «trago amargo» para quienes ya lo están pasando mal. Además, se espera que la inflación siga aumentando en los próximos meses, debido en gran medida a factores económicos mundiales.

Fuente: 7news.com.au