Las cadenas de valor de cultivos de peso como soja, maíz y trigo no lograron revertir el impacto negativo que representó la sequía. Algunas economías regionales sí sobresalieron, pero tuvieron poco impacto en los números globales.
En 2023, el complejo agroexportador argentino no pudo revertir el impacto que generó la sequía en el comercio exterior, a partir de la fuerte caída que sufrieron los cultivos de soja, maíz y trigo.
En el global, las exportaciones agroindustriales cayeron un 46,8% interanual en noviembre, medido en dólares y las grandes perdedoras fueron las cadenas de valor vinculadas a esas producciones.
Los números son por demás evidentes cuando se extiende el análisis en el tiempo. Entre enero y noviembre, los envíos al exterior del complejo agroindustrial sufrieron una baja del 35% en su facturación, que son unos U$S 18.015 millones que dejaron de ingresar a la economía nacional.
En este contexto, las economías regionales permitieron morigerar -en parte- esta caída. Producciones como peras, manzanas y maní tuvieron buenas cifras durante 2023, pero que al momento del balance final quedaron diluidas ante la magnitud de la caída en las exportaciones de soja y subproductos, maíz y trigo.
EXPORTACIONES AGROINDUSTRIALES EN ROJO
En el transcurso de 2023, si se mide en porcentajes, el trigo sufrió el mayor golpe. Las ventas del cereal fueron por U$S 978,8 millones, que con respecto a los primeros once meses del 2022 marcó una caída del 77%.
El poroto y sus principales subproductos llevan exportador U$S 12.586 ,millones, un 40,9% menos en comparación al año pasado.
En maíz, los despachos acumularon U$S 5.965 millones, con un retroceso interanual del 33,1%.
EL APORTE DE LAS ECONOMÍAS REGIONALES
El común denominador de los rubros que crecieron es que su representación en el total de las exportaciones es bajo.
En el caso de las peras y manzanas, sus ventas crecieron un 10,3% y permitieron generar divisas por U$S 309,5 millones, pero su participación en el total despachado es del 0,9%.
Por su parte, el complejo manisero facturó en el año unos U$S 965 millones (un 1,6% más con respecto a 2022), y el sector porcinos creció en U$S 2,1 millones, un 76,7% de aumento.
Por su parte, la alfalfa registró un incremento de U$S 4,5 millones (12,22%) y el rubro “resto frutihortícola” creció en US$10,1millones, un 22,8% de aumento.
Fuente: infocampo.com.ar