OCDE encarga a Israel la revisión de las normas mundiales de calidad de cítricos

La OCDE (Organización internacional para la Cooperación y el Desarrollo Económico) ha emprendido una revisión de las normas comerciales de calidad de casi todas las frutas y hortalizas y ha encargado a especialistas de Israel la redacción de las propuestas técnicas iniciales en cítricos

Lo que ha despertado reticencias y temores en el sector citrícola español. A España le ha encargado el organismo económico las reglas de los melocotones.

Representantes del comercio naranjero exportador, de las cooperativas y de las organizaciones profesionales agrarias valencianas han alertado de los posibles riesgos que pueden derivarse del hecho de confiar la preparación de nuevas normativas comerciales a un país de la competencia como Israel, que ahora tiene menos producción y exportación de las que tuvo tiempo atrás, pero que proyecta rápidos incrementos para años próximos.

El sector citrícola español (más del 60% de la producción y el 80% de la exportación radican en la Comunitat Valenciana) se siente marginado por esta decisión, ya que no se ha confiado la revisión de las normas de calidad al principal país exportador de naranjas y mandarinas en fresco, que es España, como en pura lógica cabría esperar.

De todas maneras, los subsectores citrícolas españoles han empezado a reaccionar y preparan, a través de Intercitrus, una serie de propuestas técnicas para contrarrestar y corregir, si hiciera falta, postulados que se consideraran contrarios a los intereses propios.

Preocupa, por ejemplo, la pretensión de Israel de establecer farragosas definiciones para cada categoría de calidad de naranjas y mandarinas con profusión de posibles defectos y amplísimas gamas de colores de la piel. Desde el sector español se cree que de esta manera se complicarían en exceso las cosas. En principio podría pensarse que aportando una larga gama de color para definir distintos grados de madurez y calidad de los frutos se facilitaría la labor a los compradores, pero en realidad se estaría pasando a considerar como defectos rechazables lo que es natural y se restringirían de forma absurda aspectos y márgenes de tolerancia que hoy son aceptados y no crean problemas. Además llama la atención que Israel incida en variedades propias, como la Shamouti o la Mor, de escasa producción mundial, y no se haya entrado aún a valorar, por ejemplo, clementinas y naranjas del grupo nável, que sí son mayoritarias en el mercado y España es primera productora.

autor: Vicente Lladró,
Valencia

2008-04-04T15:30:50-03:00

OCDE encarga a Israel la revisión de las normas mundiales de calidad de cítricos

La OCDE (Organización internacional para la Cooperación y el Desarrollo Económico) ha emprendido una revisión de las normas comerciales de calidad de casi todas las frutas y hortalizas y ha encargado a especialistas de Israel la redacción de las propuestas técnicas iniciales en cítricos

Lo que ha despertado reticencias y temores en el sector citrícola español. A España le ha encargado el organismo económico las reglas de los melocotones.

Representantes del comercio naranjero exportador, de las cooperativas y de las organizaciones profesionales agrarias valencianas han alertado de los posibles riesgos que pueden derivarse del hecho de confiar la preparación de nuevas normativas comerciales a un país de la competencia como Israel, que ahora tiene menos producción y exportación de las que tuvo tiempo atrás, pero que proyecta rápidos incrementos para años próximos.

El sector citrícola español (más del 60% de la producción y el 80% de la exportación radican en la Comunitat Valenciana) se siente marginado por esta decisión, ya que no se ha confiado la revisión de las normas de calidad al principal país exportador de naranjas y mandarinas en fresco, que es España, como en pura lógica cabría esperar.

De todas maneras, los subsectores citrícolas españoles han empezado a reaccionar y preparan, a través de Intercitrus, una serie de propuestas técnicas para contrarrestar y corregir, si hiciera falta, postulados que se consideraran contrarios a los intereses propios.

Preocupa, por ejemplo, la pretensión de Israel de establecer farragosas definiciones para cada categoría de calidad de naranjas y mandarinas con profusión de posibles defectos y amplísimas gamas de colores de la piel. Desde el sector español se cree que de esta manera se complicarían en exceso las cosas. En principio podría pensarse que aportando una larga gama de color para definir distintos grados de madurez y calidad de los frutos se facilitaría la labor a los compradores, pero en realidad se estaría pasando a considerar como defectos rechazables lo que es natural y se restringirían de forma absurda aspectos y márgenes de tolerancia que hoy son aceptados y no crean problemas. Además llama la atención que Israel incida en variedades propias, como la Shamouti o la Mor, de escasa producción mundial, y no se haya entrado aún a valorar, por ejemplo, clementinas y naranjas del grupo nável, que sí son mayoritarias en el mercado y España es primera productora.

autor: Vicente Lladró,
Valencia

2017-10-09T15:58:38-03:00
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