Los problemas internos traban el ingreso de los cítricos argentinos a los mercados internacionales

Los altos costos internos dificultan obtener una mayor producción para aprovechar las oportunidades abiertas en nuevos países que demandan la fruta fresca. Pese a que las exportaciones cayeron en lo que va del año, los precios pagados a los productores mejoraron como consecuencia de la devaluación.

La producción de cítricos en la Argentina se desarrolla en dos escenarios bien diferenciados. El exportador, que se muestra victorioso por la apertura de nuevos mercados, con las mandarinas a Colombia y las naranjas a China; y el reingreso a otros antes conocidos como el estadounidense que está comprando limones tucumanos después de casi dos décadas. La contracara es la de los productores del Noreste (NEA), con alta presión impositiva, retenciones y elevadas tasas de interés que complican su financiamiento.

De acuerdo a las cifras publicadas por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), de enero a mayo se exportaron 69.899 toneladas de cítricos, un (-34%) menos que en el mismo período del año pasado, siendo el limón el 90% de la fruta fresca embarcada, con 62.574 tn, un (-17%) menor a lo registrado en los cinco primeros meses de 2017 y 2018. Rusia es el principal comprador con una participación de 21,4% del total.

También los rusos son los más demandantes de las mandarinas argentinas, y entre enero y mayo de 2018 compraron 3.512 de las 5.311 tn que vendió el país al Mundo. De todo lo exportado en fresco en ese período, la caída fue del (-63%) de un año a otro. El equipo de los cítricos dulces lo completan las naranjas y pomelos, con un derrumbe de los envíos entre enero y mayo del (87%). De las primeras se exportaron 1.725 tn y de las segundas 289 tn.

Torta de limón

Si bien el ingreso de los limones al mercado norteamericano era muy esperado y fue el resultado de gestiones diplomáticas y comerciales que comenzaron con el anterior Gobierno, las cifras del volumen enviado fueron menores y se ubicaron en las 1.769 toneladas entre y mayo, según el SENASA. En diálogo con Infobae, el presidente de la Federación Argentina del Citrus (FEDERCITRUS), José Carbonell, señaló que «la exportación a los EE.UU. fue en pequeñas cantidades, pero tuvo muy buena recepción, con precios muy interesantes». El dirigente del sector exportador consideró que «es un mercado en el que podemos crecer y el impacto en la imagen del limón tucumano en el Mundo, a partir del reingreso a los EE.UU., mejora nuestras perspectivas».

Según la Asociación de Cítricos del Noroeste de Argentina (ACNOA), la temporada 2018 se caracterizó por el aumento de los volúmenes, la mayor calidad y los envíos a nuevos destinos. En coincidencia, el hombre de FEDERCITRUS calificó a la actual, como «una de las campañas más importantes de la historia». En ese sentido Carbonell resaltó que «China recibió contenedores de naranja argentina por primera vez en la historia y esto abre una enorme perspectiva por lo que genera mercados como este. Así cómo esperamos que la naranja entre en los EE.UU. de la mano del limón, esperamos que el limón entre en China y Vietnam traccionado por los cítricos dulces».

No tan dulces

«Hay que separar dos realidades. Una es la del limón y otra la de los cítricos dulces, para los productores del zona NEA», advierte Nicolás Carlino, Consejero de CONINAGRO e integrante de la Cooperativa «Colonia San Francisco», de la localidad correntina de Monte Caseros. En diálogo con Infobae, afirmó que «con los dulces venimos en caída libre desde hace cinco o seis años y eso no se está pudiendo revertir. Pasamos de exportar 120.000 tn a 35 mil tn».

Desde la Federación del Citrus de Entre Ríos (FECIER), su ex titular y actual Tesorero, Fernando Borgo, destacó que «con este Gobierno, las relaciones con otros países cambiaron y se lograron abrir muchos mercados». Sin embargo, en declaraciones a Infobae advirtió que «al no modificar la variable de ajuste que son los costos de producción y comercialización, todavía no es posible acceder a esos mercados por la falta de competitividad. Si bien la modificación del tipo de cambio ayudó, fue hace cuatro meses en medio de una corrida cambiaria, y no producto de un plan monetario».

«No se puede planificar un mercado de exportación bajo estas circunstancias», alertó el productor entrerriano y agregó: «Nadie sabe qué va a pasar el año que viene cuando estemos cosechando la fruta que está floreciendo en las quintas». Borgo describió lo que fue el comienzo del año «con una sequía muy grande que comprometió hasta el 70% de la producción, básicamente en lo que se denomina calibre, es decir, el tamaño de la fruta; pero fue muy bueno en cuanto a sabor y calidad todo el año».

En la distribución territorial de la producción nacional, el último informe anual de FEDERCITRUS sobre la actividad citrícola en 2017 señala que Tucumán tiene la mayor participación con el 30,2% del total (40.930 ha cuyo 95% se destina al limón); en segundo lugar se ubica Entre Ríos con el 26,8% (36.386 ha de las cuales el 54% son para naranjas, y otro 42% para mandarinas); al tiempo que Corrientes se queda con el 18,8% (25.500 ha, más de la mitad de ese total cultivado con naranjas).

Costos y rentabilidad

Carlino se quejó del impacto de los derechos de exportación en su ecuación productiva: «Con este dólar, las retenciones están en el orden del 11%, es lo más caro que ha pagado la citricultura desde que tengo memoria».

Desde el sector exportador, Carbonell sostuvo que «hay una combinación de
varios factores que atentan contra la rentabilidad del sector. Por un lado los reintegros, que son una reposición que hace el estado de la exportación de impuestos internos. Por definición, si un país quiere tener un perfil exportador, tiene que limitarse a exportar costos y ganancias, no impuestos. Los reintegros fueron bajados a una cuarta parte de lo que eran, y esto obviamente afecta la rentabilidad, porque ahora sí estamos exportando impuestos», se lamentó.

Por su parte, Carlino subrayó otro factor determinante en la ecuación de costos, «las tasas de interés que están por las nubes», dijo. «A los diez días de cargar un contenedor en el puerto para exportar, tengo que pagar retenciones el 11% mientras que esa fruta la cobro, con suerte, a los 120 días. En ese bache tengo que salir a buscar financiación. La situación está cada día más complicada, sumado a un mercado interno que está en caída. No es un consumo de primera necesidad y la gente lo empieza a dejar de lado», admitió.

En referencia a las retenciones, el representante de FEDERCITRUS recordó que le vienen reclamando al Gobierno que la fruta terminada pague $ 3 por dólar de derechos de exportación, y no $ 4 por cada billete estadounidense como se aplica a los productos primarios. «El proceso industrial de empaque le agrega valor. En el caso de la fruta, el mayor valor se lo obtiene con la exportación de productos frescos, y en el proceso del empaque se selecciona la fruta de mejor calidad cosmética y sanitaria, tamaño, para luego prepararla para los embarques».

Precios, impuestos

Respecto a lo que reciben los productores por sus cítricos, Borgo reconoció que «este año la industria mejoró los precios gracias a la actualización del tipo de cambio que permitió una mayor exportación». Sin embargo, se quejó de las promesas incumplidas:»Veníamos esperanzados con el comienzo de un Gobierno que venía a bajar los impuestos, y al contrario, subieron y se agregaron algunos más, como las retenciones. Además de la electricidad, gas y combustibles, subieron significativamente los tributos que están incluídos en los servicios».

El representante de CONINAGRO coincidió con su par entrerriano: «Los costos internos que tenemos son terribles, muchos de los cuales están dolarizados. Además está el costo laboral altísimo, pero no me refiero al sueldo, sino a la carga impositiva», distinguió Carlino.

Según Borgo, el sector citrícola «es totalmente dependiente de la mano de obra intensiva. Alrededor del 55% de ese costo son aportes patronales, y eso nos saca del juego a la hora de competir con otros mercados, no sólo para poder exportar, sino para competir con mercadería que entre de otros países». En otro sentido, Carlino subrayó que «el sector cooperativo es el modelo que hoy por hoy puede convertirse en garante de un esquema de producción sustentable. Cuando hay algún tipo de mejora eso se traslada directamente al productor. Es importante que las autoridades entiendan que las cooperativas no deberían pagar el Impuesto a las Ganancias porque todo lo que genera lo redistribuye y la mejora que reciben los productores sí lo terminan volcando ellos a través de ese tributo».

Por su parte, Carbonell se mostró comprensivo en que «todos entendemos que hay que hacer un esfuerzo importante por el país, por el equilibrio de las cuentas públicas para recuperar una economía confiable y equitativa. Pero en el marco de estas medidas muchas veces se cometen injusticias o desequilibrios peores».

Fuente: infobae.com

2018-11-05T10:49:04-03:00

Los problemas internos traban el ingreso de los cítricos argentinos a los mercados internacionales

Los altos costos internos dificultan obtener una mayor producción para aprovechar las oportunidades abiertas en nuevos países que demandan la fruta fresca. Pese a que las exportaciones cayeron en lo que va del año, los precios pagados a los productores mejoraron como consecuencia de la devaluación.

La producción de cítricos en la Argentina se desarrolla en dos escenarios bien diferenciados. El exportador, que se muestra victorioso por la apertura de nuevos mercados, con las mandarinas a Colombia y las naranjas a China; y el reingreso a otros antes conocidos como el estadounidense que está comprando limones tucumanos después de casi dos décadas. La contracara es la de los productores del Noreste (NEA), con alta presión impositiva, retenciones y elevadas tasas de interés que complican su financiamiento.

De acuerdo a las cifras publicadas por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), de enero a mayo se exportaron 69.899 toneladas de cítricos, un (-34%) menos que en el mismo período del año pasado, siendo el limón el 90% de la fruta fresca embarcada, con 62.574 tn, un (-17%) menor a lo registrado en los cinco primeros meses de 2017 y 2018. Rusia es el principal comprador con una participación de 21,4% del total.

También los rusos son los más demandantes de las mandarinas argentinas, y entre enero y mayo de 2018 compraron 3.512 de las 5.311 tn que vendió el país al Mundo. De todo lo exportado en fresco en ese período, la caída fue del (-63%) de un año a otro. El equipo de los cítricos dulces lo completan las naranjas y pomelos, con un derrumbe de los envíos entre enero y mayo del (87%). De las primeras se exportaron 1.725 tn y de las segundas 289 tn.

Torta de limón

Si bien el ingreso de los limones al mercado norteamericano era muy esperado y fue el resultado de gestiones diplomáticas y comerciales que comenzaron con el anterior Gobierno, las cifras del volumen enviado fueron menores y se ubicaron en las 1.769 toneladas entre y mayo, según el SENASA. En diálogo con Infobae, el presidente de la Federación Argentina del Citrus (FEDERCITRUS), José Carbonell, señaló que «la exportación a los EE.UU. fue en pequeñas cantidades, pero tuvo muy buena recepción, con precios muy interesantes». El dirigente del sector exportador consideró que «es un mercado en el que podemos crecer y el impacto en la imagen del limón tucumano en el Mundo, a partir del reingreso a los EE.UU., mejora nuestras perspectivas».

Según la Asociación de Cítricos del Noroeste de Argentina (ACNOA), la temporada 2018 se caracterizó por el aumento de los volúmenes, la mayor calidad y los envíos a nuevos destinos. En coincidencia, el hombre de FEDERCITRUS calificó a la actual, como «una de las campañas más importantes de la historia». En ese sentido Carbonell resaltó que «China recibió contenedores de naranja argentina por primera vez en la historia y esto abre una enorme perspectiva por lo que genera mercados como este. Así cómo esperamos que la naranja entre en los EE.UU. de la mano del limón, esperamos que el limón entre en China y Vietnam traccionado por los cítricos dulces».

No tan dulces

«Hay que separar dos realidades. Una es la del limón y otra la de los cítricos dulces, para los productores del zona NEA», advierte Nicolás Carlino, Consejero de CONINAGRO e integrante de la Cooperativa «Colonia San Francisco», de la localidad correntina de Monte Caseros. En diálogo con Infobae, afirmó que «con los dulces venimos en caída libre desde hace cinco o seis años y eso no se está pudiendo revertir. Pasamos de exportar 120.000 tn a 35 mil tn».

Desde la Federación del Citrus de Entre Ríos (FECIER), su ex titular y actual Tesorero, Fernando Borgo, destacó que «con este Gobierno, las relaciones con otros países cambiaron y se lograron abrir muchos mercados». Sin embargo, en declaraciones a Infobae advirtió que «al no modificar la variable de ajuste que son los costos de producción y comercialización, todavía no es posible acceder a esos mercados por la falta de competitividad. Si bien la modificación del tipo de cambio ayudó, fue hace cuatro meses en medio de una corrida cambiaria, y no producto de un plan monetario».

«No se puede planificar un mercado de exportación bajo estas circunstancias», alertó el productor entrerriano y agregó: «Nadie sabe qué va a pasar el año que viene cuando estemos cosechando la fruta que está floreciendo en las quintas». Borgo describió lo que fue el comienzo del año «con una sequía muy grande que comprometió hasta el 70% de la producción, básicamente en lo que se denomina calibre, es decir, el tamaño de la fruta; pero fue muy bueno en cuanto a sabor y calidad todo el año».

En la distribución territorial de la producción nacional, el último informe anual de FEDERCITRUS sobre la actividad citrícola en 2017 señala que Tucumán tiene la mayor participación con el 30,2% del total (40.930 ha cuyo 95% se destina al limón); en segundo lugar se ubica Entre Ríos con el 26,8% (36.386 ha de las cuales el 54% son para naranjas, y otro 42% para mandarinas); al tiempo que Corrientes se queda con el 18,8% (25.500 ha, más de la mitad de ese total cultivado con naranjas).

Costos y rentabilidad

Carlino se quejó del impacto de los derechos de exportación en su ecuación productiva: «Con este dólar, las retenciones están en el orden del 11%, es lo más caro que ha pagado la citricultura desde que tengo memoria».

Desde el sector exportador, Carbonell sostuvo que «hay una combinación de
varios factores que atentan contra la rentabilidad del sector. Por un lado los reintegros, que son una reposición que hace el estado de la exportación de impuestos internos. Por definición, si un país quiere tener un perfil exportador, tiene que limitarse a exportar costos y ganancias, no impuestos. Los reintegros fueron bajados a una cuarta parte de lo que eran, y esto obviamente afecta la rentabilidad, porque ahora sí estamos exportando impuestos», se lamentó.

Por su parte, Carlino subrayó otro factor determinante en la ecuación de costos, «las tasas de interés que están por las nubes», dijo. «A los diez días de cargar un contenedor en el puerto para exportar, tengo que pagar retenciones el 11% mientras que esa fruta la cobro, con suerte, a los 120 días. En ese bache tengo que salir a buscar financiación. La situación está cada día más complicada, sumado a un mercado interno que está en caída. No es un consumo de primera necesidad y la gente lo empieza a dejar de lado», admitió.

En referencia a las retenciones, el representante de FEDERCITRUS recordó que le vienen reclamando al Gobierno que la fruta terminada pague $ 3 por dólar de derechos de exportación, y no $ 4 por cada billete estadounidense como se aplica a los productos primarios. «El proceso industrial de empaque le agrega valor. En el caso de la fruta, el mayor valor se lo obtiene con la exportación de productos frescos, y en el proceso del empaque se selecciona la fruta de mejor calidad cosmética y sanitaria, tamaño, para luego prepararla para los embarques».

Precios, impuestos

Respecto a lo que reciben los productores por sus cítricos, Borgo reconoció que «este año la industria mejoró los precios gracias a la actualización del tipo de cambio que permitió una mayor exportación». Sin embargo, se quejó de las promesas incumplidas:»Veníamos esperanzados con el comienzo de un Gobierno que venía a bajar los impuestos, y al contrario, subieron y se agregaron algunos más, como las retenciones. Además de la electricidad, gas y combustibles, subieron significativamente los tributos que están incluídos en los servicios».

El representante de CONINAGRO coincidió con su par entrerriano: «Los costos internos que tenemos son terribles, muchos de los cuales están dolarizados. Además está el costo laboral altísimo, pero no me refiero al sueldo, sino a la carga impositiva», distinguió Carlino.

Según Borgo, el sector citrícola «es totalmente dependiente de la mano de obra intensiva. Alrededor del 55% de ese costo son aportes patronales, y eso nos saca del juego a la hora de competir con otros mercados, no sólo para poder exportar, sino para competir con mercadería que entre de otros países». En otro sentido, Carlino subrayó que «el sector cooperativo es el modelo que hoy por hoy puede convertirse en garante de un esquema de producción sustentable. Cuando hay algún tipo de mejora eso se traslada directamente al productor. Es importante que las autoridades entiendan que las cooperativas no deberían pagar el Impuesto a las Ganancias porque todo lo que genera lo redistribuye y la mejora que reciben los productores sí lo terminan volcando ellos a través de ese tributo».

Por su parte, Carbonell se mostró comprensivo en que «todos entendemos que hay que hacer un esfuerzo importante por el país, por el equilibrio de las cuentas públicas para recuperar una economía confiable y equitativa. Pero en el marco de estas medidas muchas veces se cometen injusticias o desequilibrios peores».

Fuente: infobae.com

2018-11-05T10:49:04-03:00
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