Los exportadores israelíes tienen dificultades para enviar productos a Rusia y Ucrania

Los exportadores israelíes aún pueden enviar algunos productos a Rusia y Ucrania, pero se enfrentan a graves dificultades logísticas y no están seguros de que vayan a cobrar. Rusia es un mercado importante para los exportadores israelíes, pero, al igual que el resto del mundo, buscan desesperadamente mercados alternativos para productos como los cítricos, los aguacates y las zanahorias.

Michael Amar, director de marketing del kibbutz Alumim, afirma: «Es legal enviar alimentos y medicinas a esos países porque la gente debe comer, así que se puede vender y recibir el pago por los productos. Pero, como Rusia es tan problemática, hemos empezado a enviar zanahorias a otros destinos. Normalmente, enviábamos productos a Rusia en dos o tres barcos a la semana, ahora solo hay uno. Seguimos enviando productos a Ucrania, pero no el mismo volumen que antes. Estamos buscando mercados alternativos, como Inglaterra, Polonia y otros países de la zona.

«Hasta ahora nuestros mercados objetivo eran Estados Unidos, Europa, Reino Unido, Polonia e Irlanda, pero el mayor volumen iba a Rusia. Esta semana no ha atracado aquí ningún barco con destino a Rusia, por lo que no hemos podido enviar ningún producto y no sabemos cuándo llegará el próximo barco. El pago es otro gran problema porque tanto los bancos de la oligarquía como los del Gobierno tienen prohibido transferir dinero a través del sistema Swift. Los pagos deben enviarse a través de los pocos bancos a los que todavía se les permite funcionar. Todo se ha vuelto más difícil, los volúmenes de exportación han bajado, pero podemos seguir haciendo negocios», explica Amar.

Otro exportador, que desea permanecer en el anonimato, dice: «El puerto ucraniano de Odesa está cerrado, pero aún podemos exportar una serie de productos a Rusia, como frutas, verduras, cítricos, aguacates y zanahorias. También tenemos grandes problemas logísticos, pero, mientras sea posible, seguiremos exportando a Rusia. Por supuesto, el fuerte aumento de los costes de envío hace que los precios de los productos en Rusia también suban».

El director de otra empresa exportadora en Israel comenta que, aunque pueden seguir exportando a Rusia, el mercado no es estable. «Oficialmente no está prohibido exportar a Rusia. Exportamos principalmente apio, zanahorias y pimientos a las cadenas de retailers de allí. La inestabilidad en la zona ha creado riesgos financieros. Podemos conseguir nuestro dinero, pero no está totalmente asegurado porque las compañías de seguros no apoyan el comercio con Rusia».

«El mercado solo puede absorber ahora un 50% del volumen previsto inicialmente. La logística también es problemática, porque no todos los puertos están plenamente operativos. Algunas navieras han reducido la frecuencia de los puertos rusos y no hay una programación regular. Los problemas financieros incluyen la rápida depreciación del rublo ruso cuando comenzó la guerra, pero se ha recuperado algo recientemente. Nuestros precios están en dólares, por lo que el precio de venta al público de nuestros productos en Rusia subió y, en consecuencia, la demanda se redujo en un 50%. Las exportaciones continúan, pero tanto los plazos como los volúmenes son irregulares e imprevisibles. Nadie sabe realmente lo que va a pasar de un día para otro».

«Todavía hay demanda en Rusia y están dispuestos a aceptar productos que, por alguna razón, no se pueden vender en otros mercados. A veces es mejor vender aunque haya muchas restricciones. Toda la situación es complicada y nada saludable. Tenemos mercados alternativos para el resto de nuestros productos, pero si no podemos vender nuestras zanahorias y pimientos, nuestra única opción será tirarlos a la basura», concluye el exportador.

 

Fuente: freshplaza.es

2022-04-21T12:40:35-03:00

Los exportadores israelíes tienen dificultades para enviar productos a Rusia y Ucrania

Los exportadores israelíes aún pueden enviar algunos productos a Rusia y Ucrania, pero se enfrentan a graves dificultades logísticas y no están seguros de que vayan a cobrar. Rusia es un mercado importante para los exportadores israelíes, pero, al igual que el resto del mundo, buscan desesperadamente mercados alternativos para productos como los cítricos, los aguacates y las zanahorias.

Michael Amar, director de marketing del kibbutz Alumim, afirma: «Es legal enviar alimentos y medicinas a esos países porque la gente debe comer, así que se puede vender y recibir el pago por los productos. Pero, como Rusia es tan problemática, hemos empezado a enviar zanahorias a otros destinos. Normalmente, enviábamos productos a Rusia en dos o tres barcos a la semana, ahora solo hay uno. Seguimos enviando productos a Ucrania, pero no el mismo volumen que antes. Estamos buscando mercados alternativos, como Inglaterra, Polonia y otros países de la zona.

«Hasta ahora nuestros mercados objetivo eran Estados Unidos, Europa, Reino Unido, Polonia e Irlanda, pero el mayor volumen iba a Rusia. Esta semana no ha atracado aquí ningún barco con destino a Rusia, por lo que no hemos podido enviar ningún producto y no sabemos cuándo llegará el próximo barco. El pago es otro gran problema porque tanto los bancos de la oligarquía como los del Gobierno tienen prohibido transferir dinero a través del sistema Swift. Los pagos deben enviarse a través de los pocos bancos a los que todavía se les permite funcionar. Todo se ha vuelto más difícil, los volúmenes de exportación han bajado, pero podemos seguir haciendo negocios», explica Amar.

Otro exportador, que desea permanecer en el anonimato, dice: «El puerto ucraniano de Odesa está cerrado, pero aún podemos exportar una serie de productos a Rusia, como frutas, verduras, cítricos, aguacates y zanahorias. También tenemos grandes problemas logísticos, pero, mientras sea posible, seguiremos exportando a Rusia. Por supuesto, el fuerte aumento de los costes de envío hace que los precios de los productos en Rusia también suban».

El director de otra empresa exportadora en Israel comenta que, aunque pueden seguir exportando a Rusia, el mercado no es estable. «Oficialmente no está prohibido exportar a Rusia. Exportamos principalmente apio, zanahorias y pimientos a las cadenas de retailers de allí. La inestabilidad en la zona ha creado riesgos financieros. Podemos conseguir nuestro dinero, pero no está totalmente asegurado porque las compañías de seguros no apoyan el comercio con Rusia».

«El mercado solo puede absorber ahora un 50% del volumen previsto inicialmente. La logística también es problemática, porque no todos los puertos están plenamente operativos. Algunas navieras han reducido la frecuencia de los puertos rusos y no hay una programación regular. Los problemas financieros incluyen la rápida depreciación del rublo ruso cuando comenzó la guerra, pero se ha recuperado algo recientemente. Nuestros precios están en dólares, por lo que el precio de venta al público de nuestros productos en Rusia subió y, en consecuencia, la demanda se redujo en un 50%. Las exportaciones continúan, pero tanto los plazos como los volúmenes son irregulares e imprevisibles. Nadie sabe realmente lo que va a pasar de un día para otro».

«Todavía hay demanda en Rusia y están dispuestos a aceptar productos que, por alguna razón, no se pueden vender en otros mercados. A veces es mejor vender aunque haya muchas restricciones. Toda la situación es complicada y nada saludable. Tenemos mercados alternativos para el resto de nuestros productos, pero si no podemos vender nuestras zanahorias y pimientos, nuestra única opción será tirarlos a la basura», concluye el exportador.

 

Fuente: freshplaza.es

2022-04-21T12:40:35-03:00
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