En España la distribución impone al comercio citrícola precios un 20% más bajos que el año pasado. La crisis económica influye en la estrategia negociadora. Por su parte Italia muestra una notable reducción en su producción generando desconfianza española.
La campaña citrícola comienza a emitir señales preocupantes. Las grandes cadenas de distribución tanto de titularidad europea como española están haciendo valer su posición de dominio sobre el negocio y han optado por imponer una dura estrategia de negociación a través de la reducción de precios. Las empresas exportadoras consultadas por el diario mercantil valenciano “Levante” aseguran que los jefes de compra de las mencionadas compañías muestran una postura inflexible respecto a sus precios.
Además se da la circunstancia de que tanto distribuidores como proveedores saben que la oferta es abundante. Así los exportadores suelen ceder y entregan la fruta al precio que impone la gran distribución. El margen de maniobra es escaso y no están los tiempos como para enemistarse con los clientes.
Siendo un poco mas concretos y precisos diremos a modo de ejemplo que en clementinas que es el producto que ahora se encuentra en su fase de auge comercial las cotizaciones que están pagando los distribuidores son al menos un 20% inferiores a las del año pasado por estas mismas fechas según apuntan varios comerciantes. «Con esos precios -advierte uno de ellos- no va a quedar nada para el agricultor». Pero aunque la coyuntura es adversa todavía puede empeorar un poco más. Y es que esa posición de fuerza de los distribuidores se produce en el contexto de un mercado donde ha predominado la escasez de oferta como consecuencia de las incesantes lluvias de las últimas semanas que han impedido la recolección. Así que ahora que las precipitaciones dan un respiro y vuelve la normalidad a los campos el volumen de fruta disponible va a dispararse y con ello aumentarán las posibilidades de seguir presionando los precios a la baja. En naranjas el descenso de las cotizaciones todavía puede ser más acusado de lo que ya lo está siendo en el caso de las clementinas.
En esta actitud tan agresiva que está mostrando la gran distribución en materia de precios la psicosis desatada por la crisis económica está jugando un papel decisivo. Ante los síntomas de contracción del consumo las cadenas de hipermercados y supermercados e incluso las tiendas de alimentación de dimensiones más modestas se están esforzando por realizar promociones atractivas para atraer al público e intentan ajustar al máximo sus precios de venta lo cual incide directamente en las relaciones comerciales que establece el distribuidor con sus proveedores en este caso los vendedores de cítricos.
Italia «pierde» un millón de toneladas esta campaña
Los responsables comerciales de la citricultura italiana declararon en la última reunión del CLAM -la organización que agrupa a las diferentes entidades de exportadores citrícolas de los países mediterráneos- la repentina «pérdida» de un millón de toneladas. De los 2 3 millones de toneladas en los que Italia ha venido cifrando su cosecha naranjera en los últimos tiempos esta campaña se ha pasado a 1 1 millones. El sector del país transalpino atribuye el descenso a los efectos de una dura helada pero los comerciantes españoles se muestran muy suspicaces al respecto. Italia se ha caracterizado por enviar grandes cantidades de fruta a la industria para cobrar así ayudas europeas y este año tras desaparecer esas ayudas con la nueva OCM su producción ha bajado de golpe.
Fuente: Diario Levante Valencia.