La semana pasada, el precio de la caja de 40,8 kilos de fruta que en la industria alcanzó los $ 9,50, fue el más alto precio registrado por el Centro de Estudios Avanzados en Economía Aplicada (Cepea / Esalq), desde el comienzo de la elevación de precios, desde enero de 1996.
Es más del doble que el precio pagado en abril del año pasado, por $ 4.67 una caja de 40,8 kg. La razón fue la disminución de la oferta de zumo de limón en el mercado internacional debido a la caída del cultivo de la Argentina, que representa el 40% del mercado mundial.
Con el mercado interior y exterior estabilizado, 100 propietarios de limón tahiti de la región de Catanduva, en Sao Paulo, recibirán al final de este mes, la certificación internacional para la exportación de frutas, GlobalGAP. La certificación es parte del proyecto llevado a cabo desde 2006 por Sebrae-SP para capacitar a unos 200 productores de los municipios de la región Noroeste del Estado de Sao Paulo.
La capacidad de producción de limón tahiti Paulista representa el 40,8% de la producción estatal y el 78,9% de las exportaciones brasileñas de frutas. La mayoría de las propiedades se concentran en Catanduva.
El estado de Sao Paulo es el mayor productor brasileño, con una superficie superior a 30 mil hectáreas del total de 40 mil hectáreas cultivadas en el país, representando una producción anual de 814 mil toneladas, o el 78,5% del total nacional. Desde 1998 hasta 2007, hubo un aumento del volumen de exportación de 2431%, pasando de 2,5 toneladas a 58,250 toneladas, gracias a que en la entrada de limón de Brasil en los mercados extranjeros se realizaron las acciones de comercialización internacional y de adecuación de los productos para las exigencias internacionales. Hoy, poco más del 5% de la producción brasileña es exportada.
El sello GlobalGAP obtenido por los productores es la garantía de origen de limón hacia el mercado extranjero, en donde la formación de los agricultores ha sido una alternativa para aumentar las exportaciones, satisfacer las demandas del mercado internacional por buenas prácticas agrarias, así como mejorar la calidad de los productos y también aumentar la competitividad en el mercado. El sello podrá en el futuro garantizar la continuidad de las exportaciones.
Autor: Jahir Lombana,
freshplaza.es